En el Egipto de Mubarak no resultaba tan difícil cubrir un mitin de los Hermanos Musulmanes o entrevistar a sus dirigentes. Y sin embargo, oficialmente no existían. Su estatuto era ambiguo: el régimen los toleraba en ocasiones (llegaron a conseguir una quinta parte de los escaños en las elecciones parlamentarias de 2005, aunque presentándose bajo el manto de candidaturas independientes) y los reprimía siempre con mayor o menor dureza. En realidad, el capital político de Mubarak hacia su pueblo y, aún más, hacia el exterior consistía en presentarse como la única alternativa posible en el Valle del Nilo a los que él llamaba "los barbudos", esto es, los islamistas de la vieja cofradía.
¿Qué son los Hermanos Musulmanes? La cofradía de los Hermanos Musulmanes (Al Ijuan al Muslimin) es la más vieja, extendida e influyente organización integrista del mundo árabe y musulmán, la madre o la abuela de casi todos los grupos, moderados, mediopensionistas o radicales, estrictamente sociopolíticos o practicantes de la violencia, que en los últimos años han tenido un gran protagonismo internacional predicando la necesidad de que sus países vuelvan a practicar un islam puro y riguroso, derroquen a los autócratas que los gobiernan y se independicen de Estados Unidos.
¿Cómo nació? La cofradía fue fundada en Egipto en 1928 por un maestro de escuela llamado Hassan el Banna (1906-1949), abuelo, por cierto, del actual pensador del llamado euroislam Tariq Ramadán. La cofradía tuvo un importante papel en la lucha contra el dominio colonial británico en el valle del Nilo. Fue reprimida brutalmente tanto por el último rey de Egipto, Faruk, como por su sucesor, el "rais" o presidente laicista, panarabista y socializante Nasser. Jamás ha sido legal bajo el régimen de Mubarak, aunque éste toleraba algunas de sus actividades y le permitía en ocasiones concurrir a las elecciones en forma de candidaturas independientes. Mubarak tiene en prisión a miles de islamistas, tanto militantes pacíficos de los Hermanos Musulmanes como activistas de organizaciones violentas.
¿Por qué es popular en Egipto? Se calcula que entre medio millón y un millón de los 80 millones de habitantes de Egipto son miembros o simpatizantes de la octogenaria cofradía. Su popularidad deriva tanto de que el mismo Mubarak le concedió la condición de principal oposición a su régimen como de su acción social. Los Hermanos Musulmanes, que obtienen sus ingresos de miembros adinerados, ofrecen escuelas, ambulatorios y pensiones a los egipcios más pobres. Este modelo de intensa acción social ha sido seguido por otros grupos islamistas. El libanés Hezbolá y el palestino Hamás, movimientos que podríamos llamar de resistencia islamo-nacionalista y que Occidente tilda de terroristas, han conseguido también su popularidad gracias a ofrecer un sistema de protección social que no cubren los Estados.
¿Tienen relación con los sindicatos? Sí. La cofradía es también muy activa e influyente en el seno de las organizaciones de trabajadores egipcios.
¿Se limita a actuar en Egipto? No. Desde su nacimiento la cofradía tuvo una vocación más amplia, extendiendo su acción a toda la umma o comunidad musulmana. Históricamente, su influencia ha sido intensa en Palestina (el movimiento Hamás es un hijo de los Hermanos Musulmanes), Jordania, Siria y los países del Golfo. Los Hermanos Musulmanes sirios fueron brutalmente masacrados en 1982, en la localidad de Hama, por el Ejército de Hafez el Asad, padre del actual presidente Bachar. Murieron 10.000 civiles.
¿Es un grupo violento? Hassan el Banna ya se oponía en su tiempo a la acción insurreccional y sus sucesores siempre han rechazado el terrorismo contemporáneo. La violencia, según los Hermanos Musulmanes, sólo es legítima para defender una tierra musulmana de un ataque extranjero. Cuando entrevisté en 2001 a Mohamed Al Hudaibi, entonces su portavoz, condenó sin ambages a Bin Laden, Al Qaeda y los atentados del 11-S. Otra cosa es que hijuelos de los Hermanos, como los grupos yihadistas egipcios que hoy tienen en Al Zawahiri su principal figura mundial, derivaran a partir de los setenta hacia el terrorismo, empezando por el asesinato de Sadat. También es diferente el que organizaciones como Hamás reivindiquen el derecho a la resistencia armada a la ocupación.
¿Qué pretenden? Su objetivo es el regreso del valle del Nilo y los demás países musulmanes a una aplicación estricta y literal de la sharia o ley islámica. "El islam es religión y Estado, libro y espada, toda una forma de vida", me dijo en 2001 Al Hudaibi, un hombre de pelo escaso y barba canosa y recortada que vestía una sahariana gris y decoraba su despacho con una maqueta de la mezquita de El Aksa y el escudo de la cofradía: dos sables cruzados sobre un Corán. Pretenden conseguir ese objetivo mediante la predicación, la acción política y el ejemplo de su acción social.
¿Cuándo comenzó su ascenso? En los tiempos contemporáneos, el ascenso de los Hermanos Musulmanes en Egipto y de otras formaciones islamistas en el resto del mundo árabe comenzó tras la derrota del Egipto de Nasser en la guerra de 1967, a manos de israelíes y sus protectores estadounidenses. Muchos jóvenes vieron en ello el fracaso del proyecto laicista y nacionalista y optaron por el regreso a un islam rigorista.
¿Tienen alguna relación con el Irán de los ayatolás? Los Hermanos Musulmanes pertenece al islam sunní e Irán es un país de islam shií. No obstante, las ideas de los grandes pensadores de la cofradía, el fundador Hassan el Banna y el teórico radical Sayyed Qutb, ahorcado en 1966 por Nasser, también influyeron en el ayatolá Jomeini.
¿Han conseguido "reislamizar" Egipto? Sí. En relación a los tiempos de Nasser y Sadat, ahora hay en el valle del Nilo más mujeres que se cubren los cabellos, más asistencia a las plegarias del viernes en las mezquitas y la venta de ejemplares del Corán y casetes con discursos religiosos es toda una industria. También se han ido reduciendo los espacios de libertad para el consumo del alcohol o la danza del vientre.
¿Quién es ahora su líder? En enero de 2010 eligieron como nuevo "guía supremo" a Mohamed Badie, un profesor de Medicina Veterinaria de 67 años. Es un conservador que estos días subraya que los Hermanos Musulmanes están dispuestos a negociar con el régimen una transición a la democracia, una vez desaparecido Mubarak, eso sí. Y que añade que la cofradía podría vivir perfectamente en un Egipto democrático, pluripartidista y religiosamente plural (el país cuenta, de hecho, con una importante minoría cristiana copta).
¿Hacia donde puede evolucionar la cofradía? Simplificando mucho, podría decirse que los Hermanos Musulmanes pueden situarse hoy entre el Irán de Jomeini y la Turquía del partido islamista moderado y democrático de Erdogan. Su evolución hacia el extremismo o la aceptación del juego democrático dependerá en gran medida de la salida de la actual revolución democrática egipcia. Si ésta triunfa, los Hermanos Musulmanes podrían integrarse en ella e ir moderando su discurso y su política. En caso contrario, la tentación de la radicalización será muy intensa.
¿Debe el miedo a los Hermanos Musulmanes impedir el apoyo a la revolución democrática egipcia? La respuesta a esta pregunta es un no rotundo. Negarle a un pueblo la libertad sólo porque un partido que no gusta a tal o cual podría ganar las elecciones es una barrabasada. Los países latinoamericanos, España y Portugal ya fueron víctimas de esa retorcida visión en tiempos de la guerra fría. Además, no está escrito en ninguna parte que la cofradía sea el seguro ganador de unos comicios egipcios libres. Como ha escrito esta semana Robert Fisk en The Independent , agitar ahora el fantasma de los Hermanos Musulmanes para sostener a Mubarak es "una chorrada".