Si yo sé que estamos a punto, a puntito, que es el último apretón del curso, y que después podremos dedicarnos a todo lo que nos apetece dedicarnos ahora, si ya lo sé. ¿Qué más puedo decir en mi defensa? Que estoy cansada de los exámenes, pero que esta es la vida del estudiante. Que siempre hay un par de meses al año en el que nos tocan madrugones y noches interminables de pasar apuntes, hacer mapas conceptuales e intentar quedarnos con todo para aprobar. Pero es que ay, hoy no me siento con ganas, ¿sabe usted? La pereza, que se me ha metido en la cabeza y no quiere salir, dígaselo usted a ella. También es un poquito de cansancio. Jopé, a vecez me guztadía zed una niña pequeña otda vez...
Jum.