¿Quieres escribir? I: Los 7 consejos de Stephen King

Publicado el 22 agosto 2014 por Megumiel @Esenciadeheroe

Estreno una nueva sección, ¿Quieres escribir?, centrada en aportar ayuda y recursos a todos aquellos que nos dedicamos a esto, a escribir, a transmitir, bien sea de un modo profesional o a través de un blog; o simplemente buscamos mejorar nuestro estilo y calidad.
No se me ocurre una mejor manera de comenzar que recopilando algunos consejos que el gran sabio Stephen King daba en su libro autobiográfico "Mientras escribo" (El cual podéis adquirir aquí) y que personalmente considero MUY útiles por aportar algo tan difícil de encontrar como es la motivación y las ganas de, al menos, plantarse frente al escritorio y empezar a escribir.
"Escribir no es cuestión de ganar dinero, hacerse famoso, ligar mucho ni hacer amistades. En último término, se trata de enriquecer las vidas de las personas que leen lo que haces, y al mismo tiempo enriquecer la tuya. Es levantarse, recuperarse y superar lo malo. Ser feliz, vaya. Ser feliz. Tú puedes hacerlo, debes hacerlo y, si tienes la valentía de empezar, lo harás. Escribir es mágico: Es, en la misma medida que cualquier otra arte de reación, el agua de la vida.
El agua es gratis. Con que bebe.
Bebe y sacia tu sed."

 1)  Escribir es telepatía. Conseguir que la otra persona vea lo que tú ves, lo que le relatas por medio de una narración. Pero también hay que dejar espacio a la interpretación individual, evitar convertir nuestra prosa en un manual de instrucciones donde se perfila cada ínfimo detalle. Manten al margen aquellos que te sean indiferentes y el lector pueda deducir por su cuenta. Excederse en los detalles puede generar que las palabras se vuelvan frías, muertas, y el lector desconecte completamente de la historia.
2) No hay que abordar la página en blanco a la ligera. Debe producirte sensaciones de nerviosismo, entusiasmo, desesperación. Da igual en qué te inspires o de dónde te vengan las ganas, pero que te muevan apasionadamente. Es algo que debes tomarte en serio, trabajar hasta que te falten las fuerzas. Corregirlo, releerlo, comentarlo con alguien de confianza que nos vaya a dar una opinión sincera y nos ayude a seguir adelante después de un bloqueo. Y si no eres capaz, plantéate dedicarte a otra cosa.
3) Las palabras pesan. Las palabras crean frases, las frases párrafos, y a veces los párrafos se aceleran y cobran respiración propia. No tengas miedo y trata de construir todo lo que te veas capaz de escribir. Que tus lectores puedan imaginarse habitando entre esas páginas. Puede ser cuestión de técnica, pero para Stephen King la clave es la práctica, el progreso, y la magia que existe en medio. Escribir un libro es pasarse varios días examinando e identificando árboles. Al acabarlo debes retroceder y mirar el bosque.
4) Leer mucho y escribir mucho. Éste es el gran mandamiento del maestro. El que no tiene tiempo para leer, tampoco lo tiene para escribir. El truco es aprender a leer a tragos cortos, no solo a largos. También es muy útil leer prosa mala, aunque no lo parezca. Así es como aprendes a evitar ciertos errores, al igual que leer grandes obras de la literatura puede servirte de impulso para esforzarte más y tratar de superar tus límites. Es posible que adoptes el estilo que más admiras, lo cual no es malo. La mezcla de estilos es un escalón necesario en el desarrollo de uno propio, pero no se produce en el vacío. Hay que leer de todo, y al mismo tiempo depurar constantemente lo que se escribe.
5) Desconecta de la caja-loro. Pero no solo de la tele, desconecta de todo. Ésto no es útil solo para la escritura, sino que también mejorará tu calidad de vida. ¿No vivimos demasiado enganchados a los móviles, los televisores, las consolas...? Imagina cuántas horas perdidas.  Leer toma su tiempo, y el pezón de cristal te roba demasiado.
6)  Respeta tu rutina. Búscate un horario fijo, plantéate un mínimo de palabras al día. Stephen dice escribir diez páginas al día, lo que serían dos mil palabras. De hecho sé que el autor Gail Neiman tiene fijado ese mismo número de palabras al día cuando anda inmerso en un proyecto. La mejor ayuda es tener un ambiente tranquilo en el que estemos cómodos y sin interrupciones o distracciones que asusten a nuestras musas y musos. Y por qué no, ponte algo de música que te motive. Cuando entres en tu espacio de escritura y cierres la puerta, ya deberías haberte decidido por un objetivo diario. Una estrategia es empezar con pequeñas metas que te veas capaz de cumplir y no te desmotiven, y de ahí ir subiendo. Y no abras la puerta hasta haber cumplido.

7) Desentierra el fósil. Y por fósil hablamos de tu argumento. No necesitas crear largas fichas de personajes y extensos esquemas. Basta con tener  clara tu idea y, siguiendo con el símil, irla desenterrando poco a poco. Tus deberes son dedicarle cinco  o seis páginas de narración no premeditada: Excavar y observar el aspecto de los huesos. Conoce tu historia, traza las líneas principales y después dales la vuelta. Prueba a cambiar el sexo de los personajes, que el bueno pase a ser el malo. Experimenta sin un argumento previo, déjate llevar. Los detalles y tu obra definitiva vendrán solos.


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