Hace años, un amigo me puso El Cascanueces y me prestó el libro de Hoffman con el cuento. Soy poco musical, pero Chaikovski es Chaikovski: me dejó muy emocionada. Además, amé a Hoffman. Desde entonces he querido ver el ballet. Casi cada año me ilusiono con ir a alguna de las funciones que suelen ofrecerse en diciembre, pero no lo he conseguido.
Aquel libro de cuentos era de Porrúa, de la colección Sepan Cuantos. En mi casa, cuando era niña, había al menos uno más de esos: Don Juan Tenorio y El puñal del godo, un 2 x1.
Leí Don Juan Tenorio decenas de veces, desde que no tenía edad para entender. Me gustaba leerlo en voz alta, me deleitaba con las palabras. Siempre he querido verlo representado, pero eso está más difícil que El Cascanueces porque todas las obras de Don Juan que he visto anunciadas desde que puedo ir al teatro por mi cuenta, son comedia.Silvia Parque