Cuarenta años después, todos esos niños, ahora hombres y mujeres, siguen en contacto, pero pocos desean regresar al lugar que tanto dolor les causó. Antón no está dispuesto a que olviden los buenos momentos que vivieron allí y la promesa que se hicieron siendo unos niños, y por eso les envía una carta a cada uno. Quiere reunirlos de nuevo en Quimera. ¿Logrará Antón reunirlos de nuevo? ¿Cumplirán aquella promesa que se hicieron de niños? Y sobre todo... ¿Qué sucedió en San Torbe que cambió sus vidas para siempre?
Un drama con pinceladas de erotismo que nos muestra que el amor y el deseo pueden brotar incluso en la barbarie, y la represión no siempre consigue aplacar nuestro lado más libre y revolucionario. Quimera, La edades bárbaras nos introduce en las distintas relaciones de unos jóvenes, y en sus amores prohibidos, en una época que no les correspondía y jamás les entendería. Cada uno de ellos guarda un recuerdo terrible pero también unas experiencias que van más allá del amor y de la amistad.
OPINIÓN
Lo primero agradecer a Malenka Ramos y a la editorial Titania por el ejemplar y pedir perdón por la tradanza en mi reseña.
Tengo que confesar que la primera vez que leí a Malenka fue por casualidad y cuando ya tenía el libro entre mis manos lo empecé temblando (no exagero) de escuchar algunos comentarios de gente que había escuchado otros comentarios… Pues esta vez también abrí su obra temblando pero de ganas y de la ilusión que me hacía.
Mi primera impresión fue que echaba de menos a Dominic y busqué un prota de quien enamorarme. Que equivocada estaba. Este libro es totalmente distinto y a la vez guarda toda la esencia de Quimera. De la mano de Antón, ese gran misterioso en la trilogía, nos vamos introduciendo en el origen de toda esta gran familia. Este escribe una invitación a su casa construida en los cimientos del orfanato de Torbe. Los invitados son con los que compartió estancia allí, aunque no tiene esperanza en que vengan. En un momento de nostalgia, aparece Candela, la ama de llaves y ambos se sumergirán en unas confesiones nocturnas que nos harán volver al pasado. También lo podremos descubrir de manos del resto de los protagonistas con su actual vida y en flash back al pasado.
Es una historia realmente hermosa, cruel y de superación. Todos los personajes te hacen empatizar con ellos, pero Candela tocó la fibra. Hay frases suyas que resumen perfectamente la esencia del libro, en una de ellas se refiere a Antón así:
"Ahora no lo admiraba solo por su trabajo, por todo lo que había logrado e incluso donado; ahora veía a un hombre que había superado un infierno a través de la amistad y el amor, algo que ya no existía en aquellos tiempos modernos".
Y así es como todos los personajes superan las torturas por la que les hacen pasar los profesores, excepto Stefan que será su ángel. Él junto con Madamme Bishop les suplirán el cariño y la protección de unos padres. Que junto con todo el grupo de chicos y con las chicas del colegio de monjas de al lado crearán un vínculo que los unirá para siempre.
En serio, hay gente que escribe muy bien, otros son realmente buenos y luego está Malenka. Que en sus primeras páginas te encuentres con un poema de Baudelarie hace que te des cuenta de las fuentes en las que ha bebido y a mi que soy una enamorada de los clásicos me hace sentir en casa. La pluma de la escritora es sublime. Tiene la capacidad de relatar partes eróticas con elegancia y partes sentimentales donde te parten el alma. Hay algo que hace mucho tiempo pienso y hoy me voy a atrever a contar: Si alguien lee este libro o la trilogía Venganza y solo se queda con la parte erótica pobres almas de cántaro que no saben deleitarse de la buena literatura. Enlaces de compra