Quisiera dormirme y despertarme abrazada a ti. Romper las nadas, abrirle al vacío una rendija para colarme como el viento hasta el último aliento de tu boca.Necesito ese abrazo. Sólo un abrazo, y más nada. Que con tus brazos arropes mi mirada e impidas dejarme ver la miseria con la que las sábanas me cubren los silencios.Romper con un suspiro los muros y fronteras que la distancia se aferra en imponerle a la palabra que muda dejamos inconstante.Y alojarla en autodefinidos, dormirla, para que se aleje y me deje sentirte, sólo sentirte. Sólo sintiéndote sé que se apagará esta lánguida llama mortecina que navega por la soledad de los hastíos. Que columpia su cera incrustada en días de nadie.Lamentos y quejidos que se acallarían como cuando te recorro entero, besándote cada recoveco, besándote tus ojos cerrados, cerrando los míos y espantando pesadillas. Los golpes del destino nos han dejado K.O. en el primer round, y hemos tirado la toalla tal vez demasiado pronto.Cada uno por nuestro lado vamos dando palos de ciego al saco abandonado y soñoliento del viejo ring. Sabía que el otoño columpiaría con su desgana las sombras que arrastramos en el olvido del recuerdo.Pero no ignoro, por suerte, el deseo que acompaña por mucho que sea escurridizo, la penumbra abierta de nuestras manos, que en el sinuoso laberinto de sus líneas no han dejado de creer que pese a estar muertos, seguimos vivos.
Quisiera
Publicado el 21 octubre 2012 por Evamric2012Quisiera dormirme y despertarme abrazada a ti. Romper las nadas, abrirle al vacío una rendija para colarme como el viento hasta el último aliento de tu boca.Necesito ese abrazo. Sólo un abrazo, y más nada. Que con tus brazos arropes mi mirada e impidas dejarme ver la miseria con la que las sábanas me cubren los silencios.Romper con un suspiro los muros y fronteras que la distancia se aferra en imponerle a la palabra que muda dejamos inconstante.Y alojarla en autodefinidos, dormirla, para que se aleje y me deje sentirte, sólo sentirte. Sólo sintiéndote sé que se apagará esta lánguida llama mortecina que navega por la soledad de los hastíos. Que columpia su cera incrustada en días de nadie.Lamentos y quejidos que se acallarían como cuando te recorro entero, besándote cada recoveco, besándote tus ojos cerrados, cerrando los míos y espantando pesadillas. Los golpes del destino nos han dejado K.O. en el primer round, y hemos tirado la toalla tal vez demasiado pronto.Cada uno por nuestro lado vamos dando palos de ciego al saco abandonado y soñoliento del viejo ring. Sabía que el otoño columpiaría con su desgana las sombras que arrastramos en el olvido del recuerdo.Pero no ignoro, por suerte, el deseo que acompaña por mucho que sea escurridizo, la penumbra abierta de nuestras manos, que en el sinuoso laberinto de sus líneas no han dejado de creer que pese a estar muertos, seguimos vivos.