En aquellos momentos casi nada importaba, la concentración era fundamental. La clave fue tener una sola idea en la cabeza, pensar demasiado podía echarlo todo por la borda. Y así fue... Unas palabras que hacen tiritar, unos momentos que se viven en segundos, un salto al vacío, como en una película, cuando a cada metro la imagen se ralentiza, para poder disfrutar de la caída.
El truco fue comprobar que caer es subir, que lo de abajo estaba también arriba, y que la brújula la controla uno mismo.Hoy la canción la pone Iván Ferreiro: "Estrella de la muerte"