Magazine

Raquel Domínguez, un ejemplo que te hace sentir pequeño

Publicado el 03 noviembre 2009 por Eandres
Raquel Domínguez, un ejemplo que te hace sentir pequeño
Hace unas semanas tuve la oportunidad de conocer a una mujer que me dejó impresionado. Se llama Raquel y cuando tenía 19 años sufrió una enfermedad desconocida, una idiopatia que llaman los médicos para denominar a lo que no encuentran explicación, que le provocó una artroescapulectomía que le privó casi totalmente del movimiento de sus brazos. Para que lo entendamos los profanos, es como si se le fueran desintegrando los hombros, lo que ha provocado que tengan literalmente que atornillarle los brazos. Un proceso nada sencillo, ya que se ha tenido que enfrentar a más de 20 operaciones (es posible que cuando leas esto ya haya pasado por la número 21, espero que con éxito). Con la alegría y la ilusión que transmite permanentemente, lo cuenta diciendo que está competiendo con Cher por el número de operaciones, “de momento me gana por dos, pero creo que a mí me están quedando mejor los pómulos”.
Hasta aquí podía ser un caso de más de los miles y miles de personas que con una discapacidad se enfrentan día a día a una sociedad que no se lo pone fácil. Pero Raquel, ha ido más allá. Decidió apoyarse en el deporte para afrontar su nueva situación y eligió hacerlo con un deporte que le supusiera un verdadero reto: ¡la natación! ¡A mariposa! ¿Cómo se puede nadar a mariposa sin brazos te preguntarás? Pues con una especia de movimiento ondulatorio, muy similar al que utilizan los delfines. Con esta técnica ha conseguido ser campeona de España en su modalidad en 50m, 100m y 200m mariposa y además en 200m estilo. ¿Impresionante verdad? Pues el tema no queda ahí.
Tras conseguir todas esas medallas, decide que no quiere acomodarse, que necesita un reto por el que pelear y abandona la natación para pasarse a la marcha. 20 Km marcha. Tras meses de preparación consigue llegar al campeonato de España, y participa en una carrera muy dura, donde su objetivo se convierte en finalizar la prueba. Tras lograrlo con esfuerzo descomunal, ¡cuál es su sorpresa al oír por megafonía que ha batido el record de Andalucía!
Recientemente ha decidido reinventarse de nuevo y se ha pasado al maratón donde está a muy poco de conseguir una marca suficiente para entrar en el campeonato de España. Todo esto sin ayuda económica de ninguna institución, ni siquiera de la Junta de su Andalucía natal.
Sin duda es una historia de superación increíble, que además Raquel protagoniza con una sonrisa indeleble. Un ejemplo al que deberíamos recurrir cuando pensamos que los problemas a los que nos enfrentamos en nuestro día a día son “inmensos”.
Pero donde me gustaría centrar la reflexión de hoy es en la capacidad de Raquel de reinventarse, en su fuerza de voluntad para salirse de su zona de confort y empezar de nuevo en otro campo donde pueda encontrar un reto. ¿Cuántos deportistas serían capaces de cambiar de especialidad tras alcanzar las cotas más altas en su campo? Sólo algunos de los más grandes han sido capaces de hacerlo (como Michael Jordan, que cambio durante unos años el baloncesto por el baseball). ¿Y cuántos de nosotros o de los profesionales de nuestras organizaciones serían capaces de hacerlo? Muy pocos, sería una valoración generosa. A nosotros, en las empresas, nos asusta cualquier cambio, por pequeño que sea: nos oponemos, nos negamos, nos rebelamos, pataleamos y hasta lloramos, todo lo que haga falta por no cambiar nuestra forma de hacer, aunque tengamos mucho que ganar.
Estamos viviendo una realidad empresarial, y profesional, donde la seguridad se está convirtiendo en un riesgo, necesitamos abrirnos a nuevas ideas, a nuevas formas de hacer, de pensar, de liderar, y el miedo y el inmovilismo son dos de nuestros grandes enemigos.
Los barcos están más seguros en el puerto, pero como Raquel nos demuestra cada día, los barcos no han sido construidos para eso.

Volver a la Portada de Logo Paperblog