Cae un rayo y dibuja una línea en el horizonte.
Al rato otros se suman
Y cabalgan solos por la noche
Sin ecos ni truenos ni estruendos.
Rayos silenciosos
Que juegan a encontrar el lugar perfecto.
Caída libre, mágica, violenta;
Tonos plateados en todas sus dimensiones.
Estalla el cielo, mudo.
Estallan mis ojos, mudos.
Otra vez la tormenta
Que se perfila como predestinada
Y me lleva a un lugar hasta ayer extraño
Que se parece cada vez más a mi casa.
El agua que no termina de ser lluvia
Cae en forma de gruesas gotas
Dentro de mi vaso.
Me voy.
Me envuelve el viento impetuoso
Que levanta cúmulos de tierra a mi paso
Y me empuja lejos de ese lugar.
Estalla y grita la noche que era silenciosa
Y se convierte al fin en tormenta.
Patricia Lohin
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