Realidad Aumentada, novela de Bruno Nievas

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El fin de semana tropecé al azar -suponiendo que exista algo como eso y que, además, funcione- con la opera prima de un escritor español a quien no le fue bien en su periplo por las editoriales en busca de alguien dispuesto a leer y publicar su novela. Esta es una experiencia que todos los escritores del mundo, los ya consagrados y los aún desconocidos, antes y ahora, llevamos en la mochila. Así que él decidió pasar de los editores y lanzarse a la aventura de crear una página web, subir su libro en diversos formatos (PDF, EPUB y MOBI) y brindarle a los lectores la posibilidad de descargarla y leerla gratuitamente o, si lo prefieren, por el módico precio de 1€ destinado a Save the Children.
Me refiero a Bruno Nievas, cuya obra "Realidad Aumentada" contiene todos los elementos que convierten a una novela en un transbordador desde el cual el lector llega a involucrarse de tal manera en los acontecimientos, que acaba planteándose seriamente si será posible la invención de un chip tan sofisticado como para lograr aumentar hasta semejante extremo la realidad.
La historia tiene gancho. La trama es ciencia ficción de la primera a la última página y el autor exhibe un buen conocimiento del léxico y del proceso tecnológico que describe. Algunos personajes están mejor caracterizados que otros, entre los que se destacan el médico Jacob Assavar, quien transmite con tanta transparencia sus emociones, que uno siente el impulso de aconsejarle o de zarandearle cuando se halla frente a ciertos dilemas; el genial hacker apodado Owl, un tipo glotón y simpático que cualquiera desearía tener por amigo; y el experto en software Lee Chen, el típico chinito brillante y responsable. No sucede lo mismo con otros dos personajes importantes, como el famoso profesor Stephen Boggs, cuyo prestigio inicial decrece junto con la definición de su personalidad hacia el final de la historia; y la protagonista Lya Guddsen, que aparece con mucha autoridad y templanza al principio, pero luego se ve apocada por las circunstancias.
Los escenarios son disímiles y, quizás por eso, atractivos: desde el desierto de Tabernas, en Almería, hasta la región maya de Palenque, en Chiapas, en cuyo trayecto se incluyen algunas caminatas por el paseo marítimo almeriense y una fugaz estadía en Madrid. Mención especial merece el acierto del autor en seleccionar los epigramas que encabezan cada capítulo de la obra.
La novela mantiene al lector a la expectativa, en medio de una serie de episodios en los cuales la acción y el suspenso son dinámicas permanentemente in crescendo. ¡Recomiendo su lectura!