Desde luego que yo comprendo tan poco la realidad como ella me comprende a mí. En ese aspecto estamos igualados. Ella, sin embargo, no me debe ninguna explicación y yo debo rendir mis cuentas ante ella.
Por supuesto que sería bueno poder decir sin más como Hegel, cuando alguien le hizo ver que sus teorías no concordaban con la realidad: "Pobre realidad, ¡qué mal debe de pasarlo!".
Puede que así escriban los poetas.
Puede que así hablen los filósofos.
Pero nosotros, los encerrados en sanatorios, los internados en instituciones, no tenemos ninguna respuesta cuando nuestras teorías no coinciden con la realidad, porque en nuestro mundo son otros los que tienen razón y conocen la diferencia entre el bien y el mal.
La nube de fármacos flota en el ambiente como si los días se hubiesen detenido.
-¡Páll!
Me sobresalté al oír mi nombre, pero no mostré ninguna reacción; ésta estaba lejísimos, muy dentro de la nube suspendida en el aire.
Infinita quietud en lo hondo de los ojos.
Tormenta en la fría calma.
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Ángeles del universo
Einar Mar Gudmundsson (Reikiavik, 18 de septiembre de 1954)