Revista Talentos
El lector puede pensar lo que quiera, pero éste es un tuit que no se dejó escribir en ciento cuarenta caracteres. Rebelde y loco, creció hasta llegar a las cincuenta palabras. Hubiera seguido creciendo de manera desproporcionada y absurda de no haber yo apagado la maldita computadora... quizá para siempre.