Hoy os presento un estupendo exfoliante, basado el los principios de la cosmética tradicional japonesa: simplicidad, armonía, y el uso de hierbas y elementos naturales.
Voy a comentaros primero los ingredientes de este exfoliante y sus efectos beneficiosos:
Polvo de Ginseng:
El ginseng se utiliza en formulaciones dermofarmacéuticas para retardar el envejecimiento cutáneo y mejorar la elasticidad de la piel.
Actúa aliviando los síntomas del cansancio, así como el insomnio y el estrés, de efectos muy perjudiciales para nuestra piel, el ginseng proporciona tersura, regenerando además las células, lo que lo hace ideal para el cuidado del cutis. No hay que olvidar que la piel es una de las principales víctimas del cansancio físico y mental. Además, el ginseng acelera la eliminación de toxinas y protege contra radiaciones solares responsables de melanomas. Así pues es un potente antioxidante que retarda el envejecimiento cutáneo y proporciona elasticidad a la piel, nutriéndola.
Habas Adzuki:La planta Vigna angularis, conocida como judía, frijol o poroto adzuki, es una legumbre cultivada en el Lejano Oriete y en el Himalaya por su pequeña semilla de sabor dulce. Las judías azuki o sekihan se han utilizado tradicionalmente como exfoliantes y limpiadores cutáneos. Hace más de mil años que las mujeres japonesas se exfoliaban la piel frotándola con bolsas de seda llenas de azuki molido. En la actualidad los laboratorios utilizan esta leguminosa para elaborar diversos productos cosméticos. Estas pequeñas alubias rojizas poseen propiedades depurativas que ayudan a limpiar la piel a la vez que la nutren y suavizan. Puedes encontrar esta sana legumbre en herbolarios y tiendas de alimentación natural.
Tritura la cantidad de alubias suficiente como para obtener dos cucharadas soperas. Puedes utilizar para ello el molinillo de café. O bien, si lo prefieres, optar por adquirir harina de azuki, aunque esta segunda opción probablemente te resultara más complicada. No obstante, puedes encontrarla en tiendas especializadas en alimentación oriental, o alimentación macrobiótica.
Harina de Arroz:
El almidón de arroz tiene un maravilloso efecto calmante, suavizante y refrescante.Una tradición nipona era lavarse la cara con el agua de la cocción del arroz. También aplicaban aceite de germen de arroz para suavizarla. De ahí que a las mujeres de piel suave y blanca se las conociera como Nuka Bijin, que significa ‘belleza de salvado de arroz’. En occidente los griegos elaboraban polvos de almidón de arroz, con los que daban a su piel un aspecto marmóreo. En el renacimiento mujeres y hombres empolvaban su rostro con estos polvos para lucir una blancura extrema. La fécula de esta gramínea de origen asiático se viene utilizando desde hace siglos en la elaboración de productos cosméticos. En el imperio del sol naciente era condición sine quanum poseer una piel blanca y delicada para que una mujer fuera considerara bella. Para conseguir esa deseada tez preparaban ungüentos mezclando salvado de arroz con otros ingredientes de origen natural.
Necesitaremos:
2 cucharadas de polvo de ginseng
3 cucharadas de polvo de Habas Adzuki
3 cucharadas de Harina de arroz.
¿Cómo lo preparamos?Este exfoliante es muy sencillo de preparar: Simplemente mezcla los incredientes en un bol pequeño, y pasalos a un tarro de cristal con tapa. Cuando vayas a exfoliar la cara, sólo tienes que mezclar una cucharada de la mezcla con un poco de agua. A continuación extiende la pasta por la cara, realizando un suave masaje. Deja actuar unos minutos y aclara con agua fresca.¿Qué hay en el mercado?
También existen en el mercado exfoliantes similares, no tan completos, pero que utilizan como base las habas Adzuki, como el que os muestro a continuación: Bobby Brown Buffin Grains for face, pero su precio supera los 30 euros.