Una de las cosas que te tienes que acostumbrar cuando ofreces algo al público es que alguien odie lo que digas. Y es que la gente es caprichosa, puedes sacar algo “pensado y hecho” y obtener un gran éxito. Luego dedicas tus mejores horas y no lo ve nadie.
Cuatro años en la red, ya estoy acostumbrado.
Pero cuando pasa con la lista de correo, y pasa también, duele más. Aunque sea una sola persona.
Pero debo pensar de otra manera. Debo pensar que debo seguir mientras le guste a una sola persona. Y eso es lo que voy a hacer.