Colgada de un tapiz de nubes siempre me la encuentro al alba,
las piernas abiertas anchas y las caderas borrachas, a plenitud
de su alma y empinada como estatua. Sus cabellos a caballo
locos andan, su falda la olvidó tirada en una esquina da la casa,
las cortinas que corrimos al mirarlas, abiertas aun están como las
ventanas; porque mi magia no es tanta, cuando ella me reclama.
Y me pierdo en el intento de alocarla, de quererla, de mimarla
y de llevármela a la cama envuelta en sabanas; y me encuentro
cuando miro y la veo al alba, todavía entre mis besos realizada,
inundada las entrañas con sus ganas ávidas. Y la atiendo si se
para y se relaja, si me baila y me destila en su garganta. Si se
se exhibe en la ventana envuelta en velo y excitada la manzana.
Me someto y dejo hacerlo y pago el precio, que lo haga, yo amo
verla y no le niego que me éxita. Y luego llego y la sorprendo y la
voy cubriendo, con un velo largo indiscreto, vello a vello. La acaricio
y empujándola la apreso, por el cuello con un beso prisionero. La
ilumino, la prevengo y la líbero, la encandilo con la vela entre mis
dedos; y nos vamos y venimos hasta el séptimo, a fuego lento.
Suma pasión con sentimientos, a puros cerebros hirviendo…
Y a la vuelta de lo alto me la encuentro, aun desnuda a pies
descalzos por el suelo, con el velo y sin pañuelo ni amuleto, con
el velo y ondulándome un bolero. Tiro líneas de su cuerpo de
modelo, la despierto en boca a boca y ojos tiernos. Me da la
mano y la meso entre mis alas, se yergue esbelta la espalda y
erizada a flor de nata; las piernas largas y la cuenca desbordada.
Colgada sobre un tapiz de nubes, recibiendo el alba a la ventana.
Dessin encreud’chine sur canson 65X50 by Vincent Tessier
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