A finales de agosto se celebra la fiesta mayor en el barrio de Gràcia de Barcelona. Durante una semana hay numerosas actividades, talleres, conciertos, comidas…pero lo más característico es que algunas calles del barrio se adornan compitiendo entre ellas en un concurso con diferentes categorías, lo que estimula la creatividad de los vecinos para mejorar cada año.
Los vecinos utilizan materiales reciclados para el adorno de las calles y los resultados son espectaculares. Durante todo el año van dando forma a las ideas y preparan cuidadosamente los materiales que servirán para la decoración de su calle.
Desafortunadamente, como en todas partes, hay individuos que de madrugada se dedican a destrozar en minutos lo que con tanto esfuerzo otros han creado, llenando además el barrio de basura, pero de buena mañana los vecinos inspeccionan y reparan los daños ocasionados con resignación e ilusión por los miles de visitantes que llegarán admirando su trabajo.
Foto: Cesar Enrique (vista en La Vanguardia)En estas fiestas, que se celebran desde principios del siglo XX, se fomenta la participación entre los vecinos y no sólo durante esos días sino el resto del año en el que están preparando los decorados
Se premia la originalidad, la creatividad, el trabajo en equipo, se valora el medio ambiente gracias al reciclaje….y no se fomenta el despilfarro y el maltrato animal como diversión como ocurre en la mayoría de fiestas de nuestro país.
Así que, aunque a algunos les cueste creer, la diversión está asegurada sin necesidad de matar toros, lanzar patos al agua y demás crueldades que tenemos que soportar en este país con la excusa de "tradición".