Cada noche el indigente que vive entre nuestros contenedores me confirma que no tenemos nada aprovechable mientras busca un poco de futuro entre estupideces, llantos e insultos.
Cada noche separo los residuos. Las tonterías de mi hermana, plástico; los sueños de mi madre, orgánico; los gritos de mi padre, tóxicos.
Cada noche el indigente que vive entre nuestros contenedores me confirma que no tenemos nada aprovechable mientras busca un poco de futuro entre estupideces, llantos e insultos.
Cada noche el indigente que vive entre nuestros contenedores me confirma que no tenemos nada aprovechable mientras busca un poco de futuro entre estupideces, llantos e insultos.