Reconocer

(Foto: LaNiñaMariposa para Las Inquietudes de Midori)
Morir muy despacio cuando me tocabas el corazón.
Lo amasabas con tus dedos y lo guardabas en algún lugar.
Siempre quise saber que pensamientos malos te invadían la cabeza cuando no podías dormir.
Ahora ya ni siquiera me planteo cómo pudiste, porqué lo hiciste, o cuantas veces extrañaste
Mi susurro acunado y dulce instalado desde siempre en tu paladar.
Morir muy despacio cuando decías que tú también eras capaz de morir por mí.
Cuando lloraba y me lamias las lágrimas recién nacidas de mis ojos.
Cuando nos reíamos porque no me dejabas llorar.
Te enseñé a hacer fotos bonitas,
Te regalé cada recoveco de mi cuerpo hambriento de ti, de tu pasión, de tu miembro.
Y es que ya no me duelen las traiciones de tu enfermedad.
Ya nada ni nadie puede volver a herirme.
Y es una sensación tan superior, así es como me siento.
Superior a ti, a tu idea del amor, a el mundo tan desagradecido que te rodea.
Yo era la magia.
Y tú la excusa para reanimarla, reinventarla,
Y ahora que ya no estas.
Que te masturbas a escondidas pensando en mí.
He quemado el rencor en la chimenea.
Y la pena que me produce el dolor ajeno...
Tu dolor,
Y el de todos los seres que te rodean.
Yo ya no estoy entre ellos.
Por eso hoy te doy las gracias.