
Recuento
¿Cuántos sacos habría echado dentro del mezclador de masas en la fábrica durante ese día? Se preguntó el lunes a la salida. ¿Cuántos a lo largo de esa semana? Se dijo el viernes al sonar la sirena. ¿Cuántos ese mes? Se interrogó el día 30. ¿Y ese año? Brindando y comiendo uvas al son de las campanadas. Finalmente el día que firmó la jubilación no se preocupó de cuanta paga le quedaría. Simplemente dijó: “Mi vida ha sido un llenar sacos de harina.”
