Foto: Edmund Teske
A veces querría olvidar, conservar únicamente los buenos recuerdos y volver a sacarlos en el momento adecuado, cuando tengo la moral por los suelos o cuando estoy tirada junto a mis zapatos. Pero eso no funciona así. Los malos recuerdos se hacen los interesantes para que no los olvide en el momento en que precisamente querría tacharlos y los buenos recuerdos montan su número en cualquier momento, para recordarme que esto no siempre ha sido tan malo. Los recuerdos no dejan de joder. En cuanto te libras de uno aparecen otros nuevos.Fragmento de: "Desde donde estoy veo la luna"
de Maud Lethielleux