¿Qué nos queda? ¿En quién confiar?, me pregunto atribulada.
Por eso he decidido abrir en este blog una nueva sección para la reflexión, para unir nuestros corazones en busca de LA VERDAD, LA CORDURA, EL CONOCIMIENTO INTERIOR.
Quizás suene pretencioso, lo sé. Pero confío, queridos míos, en vuestros criteriosos comentarios que harán que entre todos veamos la luz.
Comencemos cruzando las piernas en posición de flor de loto (si no te sale, como a mi, quedate sentado, nomas. No hay problema)
La primera duda que intentaremos disipar, a los efectos de generar una onda de reciprocidad amistosa entre hombres y mujeres, y así poder - por qué no - generar el día de mañana encuentros de paz y amor es:
- ¿Por qué lloran por la mujer que los dejó, si cuando estaban con ella no le daban ni cinco de bola? Resumiendo: ¿quién carajo entiende a los hombres?
Comprendo que en principio, muchos saltarán al grito de "¡Mentira!, Estamos frente a una mujer despechada, hermanos", incluso alguno intentará tirar abajo las destrezas sexuales de mi último amante.
Por eso, documentaré mis dichos recurriendo a letras de diversas canciones escritas por manos masculinas:
Yo no me dí cuenta de que te tenía/hasta el mismo día en que te perdí,/y vi claramente lo que te quería/ cuando ya no había remedio pa' mí.
Tu ilusión fue de cristal,/se rompió cuando partí/pues nunca, nunca más volví…/¡Qué amarga fue tu pena!/No te olvides de mi/de tu Gricel/me dijiste al besar/el cristo aquél/y hoy que vivo enloquecido/porque no te olvidé/ni te acuerdas de mí/Gricel, Gricel.
No supe comprender tu desesperación/y alegre me alejé en alas de otro amor.../¡Qué solo y triste me encontré/cuando me vi tan lejos/y mi engaño comprobé!
¿Dónde estás, para decirte/que hoy he vuelto arrepentido a buscar tu amor?
Ya estoy escuchando a algunos argumentar que estas son canciones viejas, que los hombres evolucionaron, blablabla. Vengamos más acá en el tiempo:
Lo siento si alguna vez te he herido/y no supe darme cuenta a tiempo/mientras soportabas en silencio/tal vez algún desprecio/tal vez no sirva de nada/el darme cuenta ahora/sólo importas tu ...
Ya no me llamas por teléfono, es la señal que todo acabo,/antes lo hacías, y siempre era yo quien te pedía que no./Desde ese día en que te abandone juraste volverías por mi/yo no quería y no volviste mas, y hoy te vengo a decir.../si estas contéstame, vamos atiéndeme/yo se que he sido un tonto y que, de ti me enamore.../y no lo supe ver...
Después me vienen con Freud, la histeria femenina y la mar en coche. Vamos, confiesen. Son muy gatos Floros, muchachos.
PORQUE SI VAMOS A REFLEXIONAR EN PAZ, HAY QUE SINCERARSE, CARAJO. OK? NO ME HAGAN CALENTAR.
Ahora si me despido. Que la fuerza los acompañe.
Namasté.