Me pregunto qué pensará la pareja de aquellos que ya tiraron la toalla en la relación porque sintieron que el otro no les hacía crecer ni sentirse bien.
Nos creemos ombligo y tampoco hacemos mucho para que la otra parte se sienta especial. Tanto es así, que cuando nos damos cuenta de que hay un problema, estamos tan alejados de la orilla del otro, que ya no hay forma de atravesar el río porque ya no es río, sino océano.Y tampoco nos apetece ya buscar un barco. Así que ahí nos quedamos, cada uno en su orilla.