Esas personas, en su mayoría, no piensan más allá del día en el que viven. Sus planes de futuro pasan por amanecer vivo al día siguiente y poder encontrar la forma de poder alimentar a sus familias.
Lamentablemente, infortunios hay de todos los tipos y colores.
Para mí, como padre, la mayor desgracia que te puede ocurrir es algo relacionado con uno de tus hijos. Creo que nada puede compararse a eso. Cuando están enfermos, cuando no puedes darles de comer, en definitiva, cuando les ves sufrir sin poder hacer nada por acallar sus lamentos, puedo imaginar que tu corazón se desgarra en el mayor de los dolores que un ser humano puede soportar.
Te cambiarías inmediatamente por él. Si pudieras, alzarías tus manos sobre él para absorver todos sus males y hacerlos tuyos.
El otro día escuchaba a unos padres que pasan por una situación así. Debe ser horrible. Ella sufre una enfermedad que, a la larga, y usando términos un poco más científicos, no es compatible con la vida. La única cura para esa enfermedad es un trasplante de médula ósea.
Son un caso entre muchos. En este caso, se trata de médula ósea, algo que se puede donar en vivo como la sangre. Hay otros órganos que, para ser donados, precisan, lamentablemente, de otra desgracia.
Tengo claro que, una vez que la vida abandone mi cuerpo, no necesitaré ninguno de los órganos que en él viven. Mi deseo es donar todo aquello que se pueda aprovechar, incluso el cerebro, que posiblemente, al estar poco usado, será de gran ayuda a alguien que lo quiera.
Bueno, bromas aparte, hoy quiero animarte a que te hagas donante. Quiero animarte a que, al menos, eches un vistazo a la "Fundación Josep Carreras" contra la leucemia.
Con una sencilla prueba podemos salvar una vida. Creo que no deber haber nada mejor que ayudar a que otros puedan vivir…
Algún día me puede pasar a mí. Algún día te puede pasar a ti.
Que vaya bonito,