En picada cayendo
como ave de presa
y sentirme estremecer
bajo tus garras.
¿Son tan fuertes tus alas
para llevar nuestro peso?
Tus colmillos rasgando
la piel de mi garganta
y como se me va la vida
entre tu boca
y mi sangre en tus labios.
Sin duda es
un sacrificio profano.
El predador solitario
no hace mucha ceremonia
cuando de alimentarse se trata.
Sentirte atacar
con furia salvaje.
Dejarme encantar
serpiente envolvente.
Lo extraño es
que sé mi destino de muerte,
Pero el hechizo es tan fuerte,
la promesa de gozo vence
todo temor y estremece
y llena la razón de niebla
y solo queda la esperanza
absurda de tenerte
aunque fuera cualquiera
el precio que cueste
un poco de tu amor letal,
regalo celeste.
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