Regalos sin motivo alguno

Publicado el 06 enero 2011 por Quiquec

Un día quise bajar la luna y regalártela, pero ese día el sol nunca dejó de brillar.
Quise darte la belleza del mundo esparcida en la brisa, más el viento ese momento dejó de soplar.
Quería darte un regalo sin papel en cual envolverlo.
Cuando anhelaba darte una rosa era cuando me daba cuenta de que caminaba en un árido paisaje.
A ti eso no te importaba porque no querías ni la luna ni una flor.
Deseabas lo único que yo podía darte, pero te lo negué.
Qué haces cuando alguien te pide la única cosa que no quieres dar. Tú ya sabes qué hago yo.
Lo intente con todas mis fuerzas, pero por más que trataba no podía envolverme con una cinta y amarrar un moño al final.
Querías tan solo una ofrenda a cambio de un jardín, ¿Qué sucedió después?
Lo que sucedió fue tan simple como un sol que nunca deja de brillar y un viento que nunca sopla, juntos en un desolado paisaje en el que nunca florece una flor o un amor.

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