Estas vacaciones las he pasado en Ibiza. En la isla de Ibiza, que como todo el mundo sabe es una gran discoteca separada del resto del mundo por miles de yates, excepto por una parte que se llama aeropuerto.
No hay como ir a los sitios para conocerlos por mano propia y deshacer los tópicos con los que te atacan constantemente.
Así pues, he podido comprobar que la idea de que Ibiza es una gran macro discoteca, a pesar de estar muy difundida es errónea…hay más de una. De hecho hay unas cuantas repartidas por toda la isla: Pachá, Privilege, Amnesia, Space, Bora-Bora, Ushuaia , Edén y más. De hecho en la ciudad de Ibiza sólo está Pachá.
También he descubierto de que hay más ciudades en la isla, agrupadas en cinco municipios: Sant Josep de sa Talaia, Santa Eularia del Riu, Sant Joan de Labritja, Sant Antoni de Portmany y Eivissa . Y casi todas con nombres de santos, sólo falta que alguna ciudad tome el nombre de santo que más ha hecho por la isla: BuenRollo. San BuenRollo es la tónica imperante a cualquier hora y en cualquier lugar de la mayor de las pitiusas. Ibiza es una isla arreglada pero informal, una isla en la que hay gente a todas horas en cualquier punto de la isla. Un lugar en el que dormir es un lujo al que renuncia la mayor parte de sus visitantes.
El ambiente generalizado de buen rollo facilita que las llamativas performances que cada macro discoteca hace para atraer al público en plena calle se conviertan en un elemento más del paisaje urbano. El puerto de Ibiza no sería igual sin drag queens, preciosas gogós semidesnudas, o espectaculares efebos con arneses de cuero.
Pero puedes ir perfectamente a Ibiza y pasar unas vacaciones completamente relajadas, disfrutando de sus espectaculares playas de arena fina y clara, bañadas por un mar cálido y de un color turquesa hipnótico. Recreándote en las docenas de calas que adornan los más de 200 Kilómetros de costa con los que una isla tan pequeña se hace gigantesca.
Eso sí, no todo es idílico en Ibiza. Hay algo que todos estáis pensando y que es cierto: es muy complicado encontrar un lugar en el que te hagan un buen café. De hecho, creo que es más fácil convertir agua en vino, que conseguir el infame veneno que había en mi taza se pareciera al café.
Creo que se nota que he disfrutado de mi visita a Ibiza, y dará para más entradas. No soy dado a las fotografías, de hecho casi siempre se me olvida la cámara, pero de vez en cuando saco fotos como estas con su correspondiente descripción.
Con estas líneas sólo quiero indicar que me ha gustado Ibiza. Me ha gustado la luz, el sol, el mar, ese color turquesa que no se borra de mis retinas, la marcha sin hora de fin, la tibieza de sus aguas, la limpieza, las infinitas calas, los restaurantes, el trato recibido, las performances estrafalariamente adecuadas, el recuerdo de los hippies, los piji-hippies y los que se creen jipis, la gente tuneada con gimnasios y tatoos. He disfrutado en sus restaurantes de buenas viandas y de un excelente trato. Ha sido un placer surcar sus aguas, pisar caminos polvorientos y perderme despacio por carreteras estrechas. Me ha gustado la visión inteligente que tienen del turismo. Me ha gustado hasta las partes de la isla que todavía no conozco y que me obligarán a volver para quedarme más tiempo.