Cuando la gente corriente del mundo civilizado se estresa u otros derivados negativos, tiene extraños comportamientos para calmar la ansiedad. Atiborrarse de comida basura, helado de chocolate y porquerías varias; comprar cosas para sentirse mejor, como ropa nueva; darse a la bebida, a las drogas o a las putas; pagar el mal humor con alguien inocente a quien le importa bien poco si te mueres dos veces.
Y así.
Mi listado de trucos difiere un poco, según la escala de cabreo:
· Débil: fumarse un cigarro.
· Moderado: fumarse un cigarro y conseguir un libro nuevo (que suele hacerme daño)
· Altos: dos cigarros y dos libros.
· Muy alto: conseguir un tercer libro, que acaba por destrozarme del todo con casual puntería. Nunca más vuelvo a leer, prometo a la ligera. Arrojar el tabaco al mar como expresión gestual de furia. Ir a buscarlo después.
La Isla de los cormoranes
Mira, mama, estoy escribiendo intensamente una novela y los cojones