Revista Talentos
El viaje cerrado incluía el regreso a la misma estación de partida. Justo después del mensaje de información que anunciaba la mía como la próxima parada, recibí el whatsapp: me esperaba. Atónito, tomé mi equipaje y descendí absorto y descreído, pero allí estaba: era yo mismo quien acudía a recibirme.