Las encuestas publicadas el domingo en los diferentesdiarios pronostican el triunfo del PP en las elecciones andaluzas del próximodomingo 25. Salvo fenómeno de última hora el PP se hará con el último reductoplenamente del PSOE, para así conseguir el dominio institucional de casi todoel estado. Y lo va a hacer de la misma manera en la que han llegado al gobiernocentral, sin desvelar parte de su programa de futuro y confiando en el desgastedel gobierno del PSOE y su nefasta gestión de la crisis, además del extraañadido del caso de los EREs fraudulentos, que ha terminado de hundir a un PSOEya de por sí sentenciado.
Que Andalucía necesita un cambio es evidente. El paro deesta Comunidad Autónoma es el mayor de toda España, muy por encima de la medianacional, pero la propia idiosincrasia y estructura de la región no invita paranada al optimismo augurando un futuro ya visto en el pasado. Cortijos del sigloXXI, donde jornaleros y sirvientes entregarán lo único que tienen, su fuerza detrabajo, a unos amos que les asegurarán un mendrugo de pan y un trozo decolchón. Milana bonita, que diría Azarías. Si hasta el Ministro de Hacienda,Cristóbal Montoro, decía ayer en Jaén que “el Gobierno no hará imposible lavida a los más débiles”, cosa lógica, saben de sobra que los necesitan.Apretarán pero no ahogarán. Para que haya ricos es condición indispensable quehaya pobres.El pueblo andaluz, si nada lo remedia, está a punto deentregarse a los pies de los señoritos del PP, haciendo caso al discurso dominanteque afirma que no hay otro remedio. Un discurso que utiliza la derechamediática en base a la influencia de los poderes fácticos actuales, mercados,banca o multinacionales, que de repetirlo una y otra vez ha acabado pordestrozar a la izquierda ideológica y ha sido asumido por una sociedadsodomizada y paralizada incapaz de pensar y actuar por sí misma.
Pero aún hay tiempo, andaluces, claro que Andalucía necesitaun cambio, pero no este cambio, que más bien es un seguidismo de las últimaspolíticas del PSOE, pero sin medias tintas. Andalucía necesita un giro hacia laizquierda, unas políticas económicas y sociales participativas, donde laprioridad sean los problemas reales de la ciudadanía y no la salud del sectorbancario o de los mercados especulativos. Porque de no ser así, serán lospropios andaluces los que se pongan los grilletes, y el PP sólo tendrá queajustárseles.
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