Reinvención

Foto EFE

Parecía increíble, pero el optimista compulsivo se ha vuelto a reinventar. La ha liado gorda, parda y peluda. Por enésimo quinta vez ha sacado la chistera y de golpe y porrazo a Rubalcaba le salen bigotes, orejotas y pelusilla blanca. De paso se trae a Ramón Jáuregui, político solvente siempre, defenestrado y exiliado por ZP antaño pero que ya salvó de la quema a Felipe Glez en su última victoria contra todo pronóstico. 
Colocamos un ministro de trabajo de la UGT (que está hoy manifestandose en todas las fotos que de él aparecen contra la reforma laboral) para que lleve a cabo la reforma laboral. Pagamos los favores a las chicas fieles Pajin, Trini y Aído (que de golpe y porrazo se ha subido 1.500 eurazos el sueldo mensual), y con un guiño a la izquierda, en forma de patada a la izquierda (unida), tenemos un gobierno que hasta la MariCospe dice que mola bastante.
Tocan a rebato. A las trincheras. Culos en remojo, y barbas por pelar. Ya tenemos montada la plataforma para ganar las elecciones. Aquello de contra los problemas, más partido. Y no negaré que me ha sorprendido. Pasamos de brotes amarillentos, de economías ininteligibles, de mercados hostiles. Queda poco tiempo y hay que ponerse manos a la obra. El partido, el sindicato, los restos de la izquierda, carretera y manta.
Las cornetas del miedo a la derechona rancia, el fin de ETA ya está ahi. Mariano no tiene carisma. (y habla un poquito raro) Como si lo viera. 
Debo ser el unico que no se ha enterado que ya no hay 4 millones y pico de parados y una economía endeble a más no poder, porque si no, no se entiendo como el presi se olvida de esto y se dedica, en cuerpo y alma a poner la maquinaria electoral socialista en marcha. O quizá el que no se entera es él. Empiezan a quebrar ayuntamientos. Hay deuda que colocar. El sistema de pensiones quebrará con suerte en 2.040 ¿He dicho que hay 4 millones y pico de parados? Las empresas siguen cerrando. La crisis no termina y nadie ha plantado una sola semilla para el futuro. Está claro, no pueden permitirse perder un solo empleo más, ni siquiera el suyo.