Escribo en mis redes sociales lo siguiente: “Aprendiendo a solucionar los problemas sola. Madurar es opcional y esa es mi elección”, y también pienso que es duro concluir que de tus “marrones” debes salir siempre en soledad. Pero así es.
Es triste y es decepcionante que personas a las que he ayudado en malos momentos, hayan querido pagarme con la moneda de la estupidez y la falta de respeto. Que se hayan utilizado palabras o imágenes mías para tales fines. Que se hayan vulnerado derechos y voluntades, porque la amargura del actuante no le otorgue mejor juicio. Que, en definitiva, sea tan escasa la memoria…
No han sido pocas las personas a las que me refiero, y de hecho continúo ofreciendo el (vapuleado) hombro a quien me requiere y necesita. Sé que puedo caer de nuevo, pero hay una cita que reza así: “Es más vergonzoso desconfiar de los amigos, que ser engañado por ellos”. Y yo no quiero pasar la vergüenza de desoír a quien me pide ayuda, por si en un futuro lo olvida…
Tengo muchos defectos, pero no concibo la maldad, la venganza, el rencor, la estrategia, la envidia o la necedad como formas de vida. Supongo que para eso hay que ser muy infeliz y estar muy desocupado, y en este caso lo único que se puede sentir es compasión por quienes así se encuentran.
Quiero terminar esta reflexión sobre lo incierto de algunas relaciones con las siguientes frases, y aunque no me volveré totalmente sorda, me prometo a mí misma ser más cauta la próxima vez que me encuentre ante un abismo ajeno…
Aunque estés solo, no debes decir ni hacer nada malo. Aprende a avergonzarte más ante ti, que ante los demás.
Demócrito de Abdera.
Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.
Edmund Burke.
Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.
Victor Hugo.
Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.
Friedrich Nietzsche.
Lo malo, cuando se finge bueno, es pésimo. Sir Francis Bacon.No temáis a los malvados. Tarde o temprano acaban por desenmascararse.
Ferdinand Galiani.