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Relato breve Infieles

Publicado el 16 noviembre 2010 por Igork
—No me lo explico, cariño. No me lo puedo llegar a creer —dijo. Guardó silencio y la miró largamente—. Pero si eran una pareja perfecta. Los dos. Pobre. No sé cómo se lo va a tomar. ¿Y ella? ¿Le hacía falta hacer eso?Se sentó en la silla del comedor y miró a su mujer. Callada, reclinada sobre el sofá como las bellas señoras de aquellos cuadros franceses del lejano siglo XIX.
—¿Qué pasa? —continuó—. Que se sentía sola, que no sabía qué hacer con esas mañanas en las que no trabaja… Ya sé que él iba mucho de viaje, pero, ¡coño! Si así se ganaba muy bien la vida, como ninguno de nosotros se la ganaba. ¿Le faltaba algo? ¿Tuvo que buscarse un amante, y además muy bien lubricado, para sentirse un poco satisfecha, llena? Volvió a guardar silencio. Afuera, tras las cristaleras del comedor, el cielo era cruzado constantemente por las flotas de viejos jettaxis y pequeñas abejas gravitatorias, destellantes al mediodía. La ciudad fluía bajo el gran sol. Se percató de que su mujer no había dicho nada, ni una palabra. ¿Acaso ella…?
—¿Por qué no dices nada? ¡Eh! Tú no tendrás alguien escondido, ¿verdad cariño? ¿Un Nexus-6? No me jodas. Era tal el silencio, que hasta podía oírse las dalias artificiales abriendo sus pétalos.—Lo siento, lo siento… Tú siempre estás por ahí, con tus cosas y tus números. No me siento cuidada, no me quieres —respondió ella, sollozando—. Y jamás, jamás, me optimizas los circuitos ni te preocupas por regularme los sensores. Estar contigo es como estar con un muerto. ¡Eres un trozo de chatarra aburrida y triste! Lo siento, lo siento…

Robots Infieles

Un amor mecánico.


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