Estaba planchando (su alma) en concreto la manga derecha blanca tornasolada de una camisa masculina, sola y ensimismada porque, a su marido, se le caía la casa encima los días de obligado descanso. Y de pronto, entró una brisa por la ventana que elevó dicha manga hasta la altura del carmín rojo de sus labios. ¡Qué faena!, y comenzó a frotar para borrarla. Tarea inútil, pues otra ligera brisa entró elevando ahora el calor de la plancha humedeciendo su cara y, no tuvo freno; en un impulso tan humano llenó la camisa de besos rojos y húmedos al ritmo del tarareo de esta canción, como haciéndole el amor a la camisa de su esposo para saciar su hambre de años...
P.D.: "Sencillo, todo es tan sencillo y natural... solo hay que dejarse llevar por la melodía"
MariCari, la Jardinera fiel.
{¡B U E N A_____S U E R T E!}♥ ღ ♥