Relato: La ley de los viajes en el tiempo

Publicado el 19 junio 2015 por Cabaltc

Aquella vieja teoría inconclusa seguía trayendo de cabeza a todos los matemáticos y físicos del planeta. Habían pasado casi 5 siglos desde que el genio del siglo XX Albert Einstein anunciase al mundo su intención de crear una teoría que unificase las leyes fundamentales de la física. La famosa Teoría de Campo Unificada.

Sin embargo, aun hoy, en el siglo XXIV y con los increíbles avances que ha hecho el ser humano en este tiempo, seguimos sin conseguir doblegarla.

Muchos colegas siguen empeñados en que los documentos que Einstein legó a la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1925 fueron más detallados que las copias que se hicieron públicas 90 años más tarde.

Y tienen razón. Junto con el manuscrito original, él agregó una carta en la que solicitaba al rector la protección y custodia del documento. Una carta que él tenía entre manos desde niño, siendo como era el único descendiente vivo de aquel hombre recto.

[...] y si hubiera un Dios que velase por la armonía del Universo, yo no hubiera debido de existir nunca. [...] la teoría adjunta no sólo explica eso, sino también todas las posibles maneras en las que el ser humano puede jugar con las leyes de la física [...] no son unificables, porque son moldeables. Estuve equivocado muchos años al asumir su carácter axiomático [...] la clave está en utilizarlas como variables, como soluciones de una ecuación mucho mayor, La Ecuación Universal [...] perdida la fe en mis congéneres, apelo a su innata bondad para custodiar y velar porque sólo se desvele la existencia de esta teoría cuando la humanidad esté preparada para ello. Recorte del periódico de Oslo, 10 de diciembre del año 2387 [...]Oliver Conroy, reputado matemático y físico teórico [...] nacido en Birmingham, Reino Unido, hace 56 años, ha recibido el mayor galardón científico [...] Se le hace entrega del premio Nobel de física por la contribución altruista y de incalculable valor que ha brindado a la humanidad. La solución propuesta como Teoría de Campo Unificada Definitiva ha revolucionado el mundo de la física tal y como lo conocíamos hasta ahora. [...]Una mente superior a la del reputado Albert Einstein, quien supo ver más allá de las barreras de la física, pero que no consiguió ver realizada su ópera prima. Diario de Birmingham, 8 de mayo del año 2388 [..]Loco para muchos, genio para algunos, el afamado Oliver Conroy se ha encerrado en su mansión de las afueras de Birmingham. Se dice que ha invertido la totalidad de la cuantía del premio que recibió el pasado 10 de diciembre en acondicionar el edificio para albergar uno de los mayores laboratorios personales jamás montados. [...]nadie sabe a qué se dedica. Ha cortado toda relación con sus amigos y allegados y también con la comunidad científica. [...]el mundo se pregunta entusiasmado qué gran experimento estará llevando a cabo allí dentro. Diario personal del Doctor Conroy, 12 Julio 2388

Querido diario.

Por fin he conseguido estabilizar el generador cuántico. La energía suministrada al aparato es 100% estable. Mañana comenzaré con las pruebas de creación de la singularidad.

Sólo espero haber hecho bien todos los cálculos. Nadie sabe lo que estoy haciendo, pero si alguien se enterase de lo que he conseguido descubrir me tacharían de psicópata sin aprecio por la vida humana. No, no, no puede ser, soy un genio. Ningún ser humano hubiera concebido jamás que algo así pudiera llevarse a cabo. Es sólo que... no saben ver más allá de los riesgos.

Son riesgos altos, si, nunca nadie había generado una singularidad. Y mucho menos una de este tipo. Si el agujero no es estable o no consigo contenerlo, rasgaría el débil velo que protege la realidad aquí en este universo.

No, pero no puedo pensar en el fracaso. Esto va a ser un éxito. Los cálculos son exactos, las simulaciones no registran ningún error superior a uno elevado a la menos dieciocho por ciento.

Diario personal del Doctor Conroy, 13 Julio 2388

Después de calibrar por infinitesima vez todos los dispositivos, he activado el generador de singularidades. ¡Ha sido increíble! Se mantiene estable y, tal y como predije, genera la energía suficiente como para autosustentarse durante una cantidad indefinida de tiempo. Las lecturas durante las primeras dos horas de apertura han sido alentadoras.

Lo único desconcertante es que, si no fuera porque sé que hay un agujero de gusano delante de mi, sería como si no hubiera activado nada. Lo único que hace notar que algo extraño sucede es el pequeño halo brillante que rodea la superficie de la singularidad.

Sin embargo, al haberla construido como si de un portal a mi escala se tratase, la distancia entre los bordes es tan elevada que la luminosidad queda difuminada por las luces del laboratorio. Es cuando se apagan dichas luces, cuando se observa la majestuosidad del punto de convergencia entre dos puntos temporales, aunque sólo sean de unos pocos segundos.

Dicho en palabras vulgares para ti, mi futuro lector: he creado la primera máquina del tiempo operativa.

Diario personal del Doctor Conroy, 14 Julio 2388

Hoy he realizado numerosos ajustes en las variables espacio-temporales del tensor de control. He almacenado en el ordenador central los parámetros exactos de acceso a los puntos temporales más importantes. Desde la época Jurásica hasta la aparición del Australopithecus. Me he permitido el lujo de añadir el momento exacto en el que mi predecesor dictase su primera Teoría de la Relatividad, junto con las coordenadas espaciales exactas.

Mañana será un gran día para la humanidad, aunque no tanto para el espécimen J47. Sin embargo, grandes sacrificios ha exigido la ciencia desde el lanzamiento del primer ser vivo al espacio. Todos recordamos con afecto a Laika igual que todos recordarán al gato J47 como el primer viajero en el tiempo.

Diario personal del Doctor Conroy, 15 Julio 2388

Esto es vergonzoso. No, no sólo vergonzoso, es inaudito, es... desesperante, frustrante y...

El maldito gato ha atravesado el portal de lado a lado sin inmutarse en todas las pruebas que he hecho. No sé qué puede estar pasando.

He repasado todos los cálculos, ajustes y mediciones de que dispongo. El sujeto ha atravesado la singularidad de lado a lado, pero no ha llegado a cruzarla. Las lecturas de mis sistemas de medición externos al agujero registran el acceso y la salida del animal sin lugar a dudas. Pero los sistemas de medición de la superficie y las fluctuaciones de la singularidad demuestran que nada ha cruzado por la barrera que la forma.

No me explico cómo ha sido esto posible. Espero que mañana haya mejores resultados, o tendré que buscar otro sujeto de pruebas. El espécimen J47 ha sufrido una caída en uno de los viajes y se ha fracturado una pata.

Los sacrificios que debe hacer uno en pro de la ciencia.

Diario personal del Doctor Conroy, 16 Julio 2388

¡Eureka! ¡Lo he conseguido! El sabor de esta victoria es amargo, pues sólo he conseguido enviar al animal a un punto temporal anterior en tan sólo 2 años. Sin embargo, tengo registrado, medido y documentado cómo un ser vivo ha atravesado con éxito una singularidad cuántica temporal y regresado al punto de origen sin problemas.

He habilitado la caseta del jardín como destino físico de mis pruebas e instalado un sistema completo de medición allí. Ambos sistemas corroboran la existencia de una breve singularidad en el lugar. Lo único que no he podido concretar es el espacio de tiempo que ha invertido el animal en el pasado, pero ha debido ser el suficiente como para recuperarse de la fractura que sufría.

¡Cada día estoy más cerca de mi objetivo!

Diario personal del Doctor Conroy, 23 Agosto 2388

Mañana es el día. He dejado un informe completo de todas mis actividades preparado. Si no regreso, la primera persona que cruce el umbral de mi casa será obsequiado con el mayor conocimiento que jamás hubiéramos soñado en poseer.

Hemos dominado la tierra, las estrellas y a nosotros mismos. Ahora también somos los señores del tiempo. ¿No estamos entonces más próximos a los dioses que a un mero ser terrenal?

También llevaré conmigo una copia completa del experimento. Mi primera parada será el momento de mayor crecimiento y capacidad intelectual que he tenido en mi vida. Voy a hacerme el honor de ahorrarme 30 años de investigación, desprecio y sin sabores profesionales. Voy a ser encumbrado a genio antes que ningún otro de mis predecesores, y lo voy a hacer a lo grande.

Oxford University, 19 Septiembre 2356

Me despierto dolorido. No sé por qué, pero estoy tirado en el suelo de la biblioteca. La luz de mi ordenador de muñeca indica que son las tres de la madrugada.

Intento recordar qué es lo que me ha pasado. Me duelen las articulaciones, el cuello y noto que mi visión está borrosa. ¿He ingerido algo que no debiera? No, llevo una estricta dieta para mantener mi cuerpo y mi mente totalmente afilados.

Llego a mi habitación. Creo que he tenido un sueño demasiado vívido. Algo relacionado con ¿viajes en el tiempo?

Entro en el baño a lavarme la cara.

-Oh dios...

En el espejo me devuelve la mirada un hombre ajado de más de cincuenta. ¿Qué diantres ha pasado?

Mansión Conroy, 23 Agosto 2388

"¿Cómo? ¿He atravesado el portal sin más?"

No consigo explicarme qué ha pasado. He repetido los cálculos, analizado las mediciones y repetido el proceso tantas veces que no sabría decir cuántos agujeros he creado y cruzado desde entonces sin éxito.

Me voy a acostar, nada puede describir la desazón que me embarga.

Al pasar salir del laboratorio en el sótano me sobresalto. Un joven me devuelve la mirada desde el fondo del hall de entrada. ¿Quién está en casa?

¡Soy yo! El que me devuelve la mirada ¡soy yo! El espejo de cuerpo completo es el culpable de mi sobresalto, pero no deja lugar a dudas. ¡Soy yo con 30 años menos!

¿Cómo es posible? Yo... nunca llegué al pasado, ¿cómo es que vuelvo a tener 26 años? Y, ¿cómo diablos albergo todos mis conocimientos pasados y futuros?

Dedico toda la noche a repasar las ecuaciones a mano. No quiero que intervenga ningún programa diseñado por algún patán estúpido que haya podido incluir cifras de redondeo no aceptables.

Es entonces cuando, haciendo caso de mi maestro, me enfoco los puntos de fractura en busca de una paradoja que pudiera explicar el suceso. Y me doy cuenta de que la paradoja soy yo. Es imposible que me encuentre en dos veces en el mismo punto espaciotemporal. Pero... ¡no soy el mismo! Somos dos yo diferentes. Aunque mis células, mis huesos y mis órganos puedan parecer los mismos, han sido regenerados un número finito de veces, por lo que no son los mismos. Y mi intelecto y mi memoria son diferentes. Mi yo es diferente, ¿por qué no podemos coexistir?

¡El gato lo hizo!

Esto... espera... ¿la pata del gato se curó? ¿O acaso volvió el gato joven en vez del gato viejo y roto? Pero, yo hace dos años no conocía a este gato. De hecho me costó adiestrarlo, y el gato que volvió estaba totalmente adiestrado.

Sin embargo, hay que asumir el hecho de que aquí estoy, con un cuerpo 30 años más joven. Eso corrobora la existencia de una paradoja. No puede haber dos seres idénticos en el mismo punto del espacio-tiempo. Y quizás también explique por qué no he podido viajar ni hacer viajar al J47 a épocas tan antiguas. Porque no había un J47 con el que intercambiarlo.

Aunque... si eso fuera cierto... ¿Por qué ha cruzado mi cuerpo y no mi intelecto?

Está claro que se me escapa algo. He contemplado todas las ecuaciones de transferencia física y de gestión y control de la materia pero...

¿Y si lo que determinase la unicidad del ser que cruza el umbral no fuera algo meramente físico? ¿Y si las ecuaciones no están contemplando todas las características que componen la vida? Porque... ¿qué es la vida? ¿Es la vida simplemente un conjunto de moléculas que conforman unas células que respiran y realizan acciones de supervivencia vitales? ¿Y si la vida es algo más? ¿Y si no sólo estamos formados por partículas físicas?

¿Por qué mi mente se ha quedado anclada en el presente? Mi mente está formada por los impulsos que generan las células que la componen. Los impulsos eléctricos son cuantificables y extrapolables a las ecuaciones que he utilizado. ¿Por qué no ha cruzado también?

La respuesta es tan sencilla como demoledora: porque la mente no se rige por los mismos principios físicos.

Y contra eso no tengo ninguna teoría ni herramienta. Sea una consciencia externa a la física o un alma o algo similar, no tengo control sobre ella. No sé qué es ni de qué se compone. Y, lo peor de todo, no puedo cuantificarla ni extrapolarla a ningún modelo conocido. Ni siquiera puedo inventarme un modelo para ella.

Porque no sé qué es.

Y es entonces cuando rompo a llorar. No por la magnitud del descubrimiento. Mi alma, si es que tengo, me importa tan poco como la vida del espécimen J47.

No, lloro porque he dejado a mi yo universitario con un cuerpo que no le pertenece.

Me he robado la juventud a mi mismo.

Albert tenía razón, la humanidad no está preparada. Yo no estoy preparado.

Escrito por David Olier para el blog El Rincón de Cabal