Revista Literatura

Relato:Esperando al amor PARTE II

Publicado el 20 abril 2016 por Daniela
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Maximiliano no se sorprendió por la reacción de Renzo ante el beso con su hija.Es más lo comprendía pero hasta ahí llegaba su paciencia después de  tantos años de esperar por ella.
—Papá —musitó Muriel.
—Me decepcionas Muriel ¿Qué diablos piensas dando este espectáculo frente al servicio y los periodistas? —dijo su padre mientras miraba hacia atrás donde se encontraban por los menos cuatro periodistas.
—Yo no... ¿Qué hacen aquí tan temprano? —preguntó ella,
—Eso no importa princesa.Ahora lo importante es contarles a todos que nos vamos a casar —dijo Maximiliano estrechándola entre sus brazos.
— ¿ Eso es  verdad Muriel? —dijo Renzo visiblemente enojado.
—Yo... —apenas dijo ella.
Muriel buscó con la mirada a Maximiliano y la sonrisa de él la desarmó.En ese momento su madre,Isabel, entraba con el rostro pálido y muy preocupada.Sintió un escalofrío en el cuerpo y la oscuridad la cubrió.
—Maldición —dijo Maxiliano  al mismo tiempo que evitaba que ella cayera al suelo.
No era así como planeaba pedirle matrimonio a Muriel pero sus sentimientos se desbordaban y no pudo evitarlo.La amaba tanto que dolía y cada día lejos de ella era una tortura.A veces no podía creer que existiera la clase de amor que sentía cuando ni siquiera habían compartido un beso pero era así.La amaba.
Subió las escaleras para llevar a la joven a su habitación sin importarle los gritos de Renzo y las preguntas de los periodistas.Una vez en la habitación, muy lentamente Muriel fue recobrando la consciencia.
—¿Qué pasó? —preguntó ella.
—Te desmayaste —dijo él dulcemente.
Muriel parecía tan frágil así recostada en la cama que no pudo evitar la tentación de acariciar su mejilla.La puerta se abrió y Renzo entró con una expresión sombría.
—Fue demasiado para ella —dijo él.
—Creo que si además estaba molesta porque   estaba leyendo una nota donde la llamaban la princesa  de hielo ya que no sale con hombres o los rechaza —explicó Maxi.
—Siempre los rechazó por ti ¿Eres consciente de ello no? —preguntó Renzo.
—Claro que soy consciente de ello Renzo.Sé que como padre te preocupas pero me conoces.Siempre supiste mis intenciones con ella.
—Es duro verla convertida en toda una mujer y saber que va a dejar la casa —Isabel se acercó a su esposo y tomó su mano dirigiéndole una cálida mirada a Maxi.—¿No te la vas a llevar al exterior no hijo? —pregunto Isabel.
—No te preocupes que viviremos muy cerca—dijo Maxi tratando de convencer a sus futuros suegros.
Renzo sonrió y abrazo al hombre que siempre considero como el hijo que nunca tuvo.
—Eres un buen hombre y tus padres estarían orgullosos de ti.Hazla feliz —dijo  Renzo saliendo de la habitación.
Isabel y Renzo salieron  de la habitación para darles intimidad.Maximiliano pensó en la tragedia  que  años atrás casi se llevo la vida de sus padres y la madre de Muriel, aun le parecía increíble pensar que un simple accidente de tránsito estuvo a punto de destrozar dos familias.Renzo fue el apoyo incondicional que tanto necesito en ese momento para apoyar a sus padres que terminaron con lesiones gravisimas.Isabel se había recuperado muy pronto.Enamorarse de la hija de su protector  fue inevitable más cuando esa preciosa criatura fue su razón para seguir viviendo mientras día tras día lo acompañaba en su dolor . Muriel se removió en la cama y sus ojos se abrieron .Habían miles de preguntas en sus ojos.Pero él sabía cuál era la preguntas que sin duda era prioritaria.
—Vamos a casarnos Muriel —sentencio él.
—No hablas en serio —negó ella con la cabeza.
La joven intento levantarse pero él se lo impidió.Pero Muriel siguió intentando  escapar y se estaba poniendo más nerviosa teniéndolo tan cerca.Además estaba segura que de un momento  a otro se empezaría a poner histérica y no era una visión muy agradable.Admitía que exageraba mucho cuando se enojaba así que no quería que la viera así.
—Quedate quieta y no te comportes como una niña —dijo de forma autoritaria Maxi.
—¿Cómo te atreves? —exclamó  ella muy  enojada.
—Me atrevo a eso y más.Creí que me conocías.Vamos a casarnos y punto—dijo él.
Muriel se sentía más mareada que antes.¿Casarse con el hombre que amaba desde niña? Definitivamente no lo podía creer, Maxi jamás le había dado indicios de nada siempre la trataba como a una hermana.
—No puedes hablar en serio —dijo ella.
—¿Por qué? —preguntó él.
—Porque.. bueno porque no nos conocemos y..
—Nos conocemos desde siempre.Nuestras familias se adoran y tienen negocios en común.
—¿Y el amor? —preguntó ella.
—Tú me amas —afirmó él.
—Yo no...—dijo ella.
Maximiliano sonrió y se acercó mucho más a ella para rozar sus labios suavemente.
—Maxi —susurró ella.
—Me amas y yo te amo princesa —dijo él sin aliente—.Dime que me amas.
—Te amo Maxi —dijo ella.
Pasaron minutos, horas besándose ya nada importaba.Él se separó lentamente al sentir sus lágrimas.
Las limpió con sus dedos sonriendo.
—No puedo creer que me ames —dijo ella aferrándose a sus brazos.
—Te amo.Siempre te he amado pero tú padre prefería que esperara unos años hasta que la diferencia de edad que tenemos no fuera tan grande.
—¿Siempre me amaste? —preguntó ella sensualmente.
Maximiliano estaba muriendo de amor y deseo en partes iguales.Aquella hermosa mujer lo estaba matando con su dulzura y su cuerpo.
—Desde que tenías dieciocho años —confesó él.
—Así que siempre me amaste y ¿Vamos a casarnos? —preguntó muy bajito.
—Te amo y nada impedirá que nos casemos —dijo besándola apasionadamente.
—Te amo Maxi —dijo ella rozando sus labios.
—Te amo princesa —dijo él imitándola.
Se quedaron muy quietos sin dejar de abrazarse hasta entrada la noche cuando comenzó la fiesta sorpresa por el cumpleaños de Muriel.Allí las dos familias reunidas fueron testigos de la noticia del casamiento entre ambos.La felicidad los rodeo esa noche y era solo un preludio del amor que compartirían a partir de ese momento.

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