.
Esta es la portada de un libro de relatos inédito, realizada por un tipo llamado AAAAAlberto Corazón, en los años 70 del pasado siglo.
Sic transit gloria mundi.
De ocho a tres
7,45 A. M. Te dispones a salir de casa a toda prisa decidido a no llegar otra vez tarde a la oficina.
8,17 A. M. Algo no va bien , pero no acabas de saber exactamente de qué se trata. Bueno, déjalo, no será nada importante.
8,25 A. M. Ya en la escalera , te das cuenta de que te falta una pierna.
8,27 A.M. La situación es comprometida pues consideras inmediatamente que Don Saturio no te permitirá entrar a la oficina sin pierna.
8, 39 A.M. Hay que encontrar la pierna a toda costa, los niños, han sido los niños... Habrán estado jugando con ella a los paralíticos y vete a saber dónde la han dejado luego.
8,55 A.M. ¡Vicentaaa, no encuentro mi pierna y son casi las nueve!
9,15 A.M. Tienes que enfrentarte a la realidad, dice Vicenta que no han sido los niños. La pierna se la ha llevado el lechero que hace tiempo que le iba detrás con ganas.
9,30 A.M. En la calle, y lamentándote de tener que volver a usar las muletas del tio Mariano, corres hasta la parada del autobús.
9,55 A.M. Llegas a la oficina justo a tiempo para evitar que te cierren la puerta sobre la otra pierna.
10,15 A.M. Congestionado y jadeante te sientas en tu mesa frente al ordenador, con hora y media de retraso. Sientes las turbias miradas de tus compañeros que te echan en cara tu falta de puntualidad ( claro, a ellos no se les ha perdido ninguna pierna).
10, 25 A.M. Don Saturio te abronca mientras descubre que, encima, vienes cojo.Te abronca más.
10,35 A.M. Por si la bronca no fuera suficiente, tienes que soportar los consejos del jefe acerca de la conveniencia de tener varias piernas de repuesto que puedes guardar en la taquilla, que para eso está.
10,40 A. M. Consideras en silencio que con la mierda de sueldo que cobras no te llega para nada, y menos para unas piernas de repuesto.
11,15 A.M. Por el hueco del muñón empiezan a salir las lombrices. ¡Lo que faltaba!. Si le cojo al lechero, se va a enterar.
11,20 A.M. Le pides a Manoli por favor, un sobre para ir metiendo las lombrices pero ella te dice que es mejor recogerlas en el cenicero, y que no es por no darte el sobre ¿sabes?, es que me parece una tontería , teniendo ese cenicero con tapa que además, desde que está prohibido fumar, ya no sirve para las colillas.
12,13 P.M. Las lombrices salen hoy mucho más despacio que de costumbre. La verdad es que hay días en los que más valdría quedarse en la cama.
12,29 P.M. Con el cenicero lleno de lombrices te diriges a los lavabos.
12,33 P.M. ¡Lorente, acaba pronto, por favor, que tengo que usar el retrete!
12,45 P.M. Sale Lorente pálido y con los ojos hinchados y enrojecidos. No las tires por favor, guárdamelas que mi sobrino me las pide todos los días. Perdona Lorente, siempre se me olvida lo del niño.
12,50 P.M. Lorente envuelve las lombrices en papel higiénico y se las guarda en el bolsillo del pantalón mientras empapa la sangre en un pañuelo.
12,55 P.M. Acompañas a Lorente hasta su mesa sujetándolo por debajo de los brazos procurando no mancharte de sangre. Si es que es una barbaridad lo que haces Lorente, te lo digo siempre, si no sabes cortarte las uñas como todo el mundo que te las arregle tu mujer, o tu cuñada, no sé pero vamos, cortarte los dedos de esa manera, con unas tenazas, me parece una cosa innecesaria.
14, 45 P.M. Se acerca la hora de la salida y tecleas cualquier cosa en el ordenador de Lorente, que sigue todavía sin dedos, para que no se de cuenta Don Saturio y porque siendo como eres un buen compañero, sabes que hasta por la tarde a última hora no le salen los otros dedos. Pero hombre, joder Lorente, es que con estas tonterías pierdes toda la mañana.
16,15 P.M. El lechero te jura que él no tiene la pierna.