La segunda de las sensaciones desde el silencio en estos días, meses, de confinamiento viene de la mano de Pedro y su Glup 2.0
Gracias, Pedro.
Siempre cerca en cada una de mis locuras.
Wolfgang Paalen. Vienna 1905- México City 1959. Orages magnétiques, 1938.
El silencio como opción, elegido con libertad. No tiene sentido hablar en un paisaje de sordos. El silencio como necesidad, con cicatería, tacaño, mezquino quizás, necesario. El silencio como defensa ante la algarabía, los gritos, los aullidos, incluso ante los susurros. ¿Podqué no te callas?, con lengua borbónica, pues eso. Silencio.La música esta vez la pondré yo.