Revista Diario

Religión o alternativa, la verdad sobre un colegio laico

Publicado el 30 marzo 2012 por Belen
El tema que hoy quiero abordar seguramente no será del gusto de muchos lectores. Pero es un tema para mi importante en la educación de mi hijo, y soy de la opinión que de todo se puede hablar siempre que se haga con educación y respeto.
Hoy quiero hablar de religión, concretamente de la asignatura de religión. Mi hijo acude a un colegio llamado laico por expreso deseo de sus padres, es decir, papá sin complejos y una servidora. Nosotros no somos religiosos, y en su día decidimos que no queríamos que en la formación académica de nuestro hijo se incluyera la asignatura de religión. Por ese motivo elegimos un colegio en el que ésta no fuera obligatoria. 
El colegio dice ser laico, con libertad para estudiar religión o no. Y así ha sido desde que el curso pasado inició su escolarización. Hasta ahí, todo perfecto. Nosotros respetamos las tradiciones y creencias que cada familia tenga, y entendemos perfectamente que se quiera incluir la religión como asignatura. Mientras el respeto sea para todos, por nuestra parte no hay inconveniente.
La verdad es que laico no es del todo, puesto que yo entiendo que si se hace llamar así no se estudia esta materia como asignatura. Pero son lentejas, en mi barrio no existe ningún centro (o yo no lo conozco) donde no se imparta ninguna formación al respecto. Eso sí, no hay símbolos (cruces, vírgenes, etc) en las aulas, ni similar. Insisto, no me parece mal, soy profundamente respetuosa pero no es la opción que yo quiero elegir para mi hijo. Creo que esto es comprensible.
El año pasado mi hijo me contaba bastantes cosas de lo que sucedía en clase, profesores, tareas, etc. Pero este año ha aumentado notablemente su discurso y con él las historias del cole. Gracias a eso me voy enterando de más cositas, y eso es interesante para los padres. 
Pues tan laico no parece el colegio. Cada niño puede elegir sí pero os cuento lo que sucede en la clase de mi hijo, y entiendo que en el resto de cursos pasará igual. Cada miércoles la profesora de religión llega a media mañana, cuenta lo que van a hacer, delante de todos los niños. Y es entonces cuando la tutora saca de clase a los que no dan religión y se los lleva donde haya hueco, o a la Sala de Tutoría, o a la Biblioteca. Los que no dan religión dicen que dan Alternativa. Pero la alternativa consiste en: utilizar la pizarra digital, jugar a los juegos interactivos que se corresponden con el material del pasado curso o de este, leer cuentos en la biblioteca. Mi hijo y cinco niños más son los alternativos de su clase. Comprendo que sean ellos los que salgan del aula porque son menos en número, así de sencillo. Pero si se está ofreciendo la posibilidad de elegir, me gustaría que esa hora se aprovechase realmente.
Esta pequeñez no ha sido informada a las familias. De hecho en las reuniones trimestrales no recuerdo que se haya tratado el tema. La verdad que no ha sido un tema que me haya preocupado hasta este momento. Y para ser sinceros no es algo que me quite el sueño. Pero me gustaría que se organizara algo mejor. Porque al final los alternativos, los que se van de clase, serán los diferentes, y eso sí que no me agrada. 
Como digo respeto cada opción, a cada familia pero me gustaría que todos los alumnos estuvieran en igualdad de condiciones y a día de hoy, no lo están. O al menos así me lo parece a mi. 
Para cuando volvamos de vacaciones tengo una charla pendiente con la profesora. Porque claro, yo veo muy bien esto de la asignatura de religión, pero no me gusta que mi hijo pierda el tiempo una hora en semana. Y ahora, a su edad, no me parece relevante, pero conforme el tiempo pase y se haga mayor, perder una hora de clase sí me parece más grave. Y además, no es justo.
Comprendo que este país tiene un arraigo religioso importante, pero también creo que las familias que tenemos otras creencias o tenemos el deseo de elegir otras opciones, debemos ser respetadas, y se debe ofrecer en ese tiempo alguna otra asignatura de utilidad para el alumno.
Cuando yo estudiaba en el instituto decidí (ahí mis padres me dejaron decidir, un aplauso para ellos) no dar religión y optar por la asignatura de Ética. Y la verdad es que era muy interesante y aprendí muchas cosas. Eso es lo que yo quiero para mi hijo, una asignatura de utilidad, en la que aprenda cosas interesantes. Conste que si les llevan a la Biblioteca y emplean ese tiempo en leer, contarles historias, etc, me parece fantástico, pues Rayo se está convirtiendo en un ávido lector, y algo así le favorece y le apasiona. Pero el problema es que llevan a los niños "donde haya sitio". No hay un lugar establecido para ellos y no hay una actividad fija, por eso mi queja.
Es difícil para nuestra familia elegir las opciones que nos agradan o preferimos, porque éstas se salen un poco de las normas establecidas. La mayoría de nuestros amigos, vecinos o conocidos no son religiosos, ni practicantes, pero a la hora de cumplir los requisitos mínimos, siguen la senda marcada: los niños dan clases de religión, se les bautiza, hacen la comunión. Eso sí, no pisan un templo, se ríen de los ritos y no enseñan a sus hijos las tradiciones que se suponen son básicas. Esta incoherencia no la entiendo. Pero por ello pagamos los que sí queremos ser coherentes con nuestra línea de valores e ideas.
¿Qué os parece?. Todos tenemos el mismo derecho a elegir, ¿pero podemos?

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