He nacido y renacido tantas veces que ya casi no recuerdo cuál es mi pueblo natal.
Sí, ya lo sé. Soy santiaguina. Pero me moló la frase. Y en cierta medida, no deja de ser real.
No hace falta que me lo recuerden. Sé dónde me parieron. Pero en cada pueblo, ciudad o villa que he vivido, he vuelto a nacer. En mayor o menor medida. ¿Podré tener un cumpleaños conmemorando todas las veces que he nacido? O tendré que elegir una y quedarme con esa? Lo que me preocupa de haber nacido tantas veces es que va a llegar un momento en que deje de ser yo, no? Me explico... Cuando renazco, no soy la que nació antes... Lo que quiere decir que cambié. Y si de tanto cambiar, mutar y renacer dejo de ser yo... ¿Quién voy a ser? Me podré quedar con el yo que más me guste o seguiré así hasta que no sea capaz de reconocerme ni yo misma...Lo digo porque el yo de ahora, el que nació en El Limbo, me gusta. No todo el yo, obvio, pero sí su inmensa mayoría. Ya sabéis que aunque parezca perfecta, no lo soy. Siento desilucionaros... Pero no, no soy perfecta. Ni este yo ni los anteriores. Ni ganas. Pero este yo, me gusta y me lo quiero quedar.Este yo hace cosas que jamás imaginaron los anteriores y que nos gustan. A este y a la memoria de los anteriores. Hace cosas que otros yos anteriores hicieron, pero más y mejor. Y sobre todo, este yo es más espabilado. Cuesta más pasarle gato por liebre. Aunque a veces este yo deja que le pasen gato por liebre. Pero porque le gusta. Y a veces es mejor hacer creer que te la están colando. Entonces... ¿Puedo elegir dejar de nacer o voy a vivir así hasta que la palme y deje de poder nacer?