(continuación de "Obsolescencia programada")
La Viento solar no era una nave rápida, pero ya había cubierto un tercio de la distancia que la separaba de su nuevo destino. La urgencia que apremiaba a su ahora mermada tripulación no era menor, pues estaban convencidos de que los nuevos gobernantes no les permitirían escapar sin, al menos, intentar atraparlos. También sabían que la nave y su carga constituían todo cuanto importaba a sus antiguos jefes. Si eran apresados, jamás volverían a la Tierra vivos.Seguir leyendo