Los libros ilustrados están muy de moda, y hoy os traigo la reseña de uno muy especial. Se trata de Leo Circus, de la editorial Kelonia. Y es especial por diversos motivos. En primer lugar porque está escrito a cuatro manos, por J. E Álamo y Roberto Malo, y está ilustrado por Verónica Leonetti. En segundo lugar, porque las ilustraciones están basadas en personas relares, lo que dota de magia a todos y cada uno de los dibujos.
Y es, precisamente, esa palabra, magia, la mejor para definir el libro entero. Y es que en todas y cada una de las páginas encontramos un halo de magia. Leo es un niño extraordinario, uno de los protagonistas más entrañables de todos con los que me he encontrado a lo largo de mi vida como lectora, y ya van siendo años. Cada capítulo es una historia diferente, cuentos que giran entorno al circo y al propio Leo, que se van entrelazando de forma exquisita.
Dicen que los cuentos son por y para niños, que los adultos no disfrutan de ellos, pero yo creo que esto no es cierto. Y la prueba es, precisamente, Leo Circus. Con estas historias volvemos a los orígenes de los cuentos clásicos, con autores como los famosos hermanos Grimm, volvemos a aquellos cuentos con tintes melancólicos, tétricos, esos cuentos que, al terminarlos, te dejan tal sensación que necesitas volver a leerlo. Y esto es, sencillamente, lo que ocurre con Leo Circus, una historia que bien podría considerarse como un cuento clásico moderno.