¡Que razón tenían aquellos que me insistieron para que leyera "Piranesi"! No sólo me ha gustado, sino que me ha sorprendido y mantenido con ganas de saber a dónde se dirigía hasta la última página.
La manera que tiene Susanna Clarke de hacer cantar a las palabras, de elaborar imágenes complejas y, aún así, visiblemente nítidas, los ecosistemas y mitología entrelazados con la psicología y obsesiones de los personajes me ha fascinado. Una maravilla.
«-... tenía la impresión de que en aquel lugar me esperaba algo, así que me moría de ganas de ir a verlo.
-¿Algo cómo qué?
-La paz, supongo: tenía la sensación de que en aquel lugar conocería la paz.»
(Fragmento del relato exclusivo para Libreria Gigamesh)
Un Mundo lleno de salas interconectadas, como casas puente que dan forma al universo, con habitaciones llenas de nubes en lo alto y mareas oceánicas y fauna marina en las plantas bajas. Un lugar habitado por estatuas, huesos y Piranesi, quién toma nota y mapea todo el territorio conocido en sus diarios. Su único compañero de conversaciones, el Otro, aparece muy de vez en cuando para sus reuniones, entre tanto, Piranesi se siente feliz en su soledad atareada, con sus pájaros, estrellas y una Fe inquebrantable en la Casa...
«La Hermosura de la Casa es inconmensurable; su Bondad, infinita.»
Hasta que un día recueda.
Piranesi, de Susanna Clarke con Salamandra (Edición limitada con relato exclusivo).

