¡Hola liad@s! Este puente de todos los Santos me apetecía leer por fin un clásico de estas fechas. Don Juan Tenorio de José de Zorrilla por fin pasó por mis manos. Un libro que del que muchos hablan y me quedo con la sensación que pocos han leído.
El drama romántico por excelencia, es una de las pocas obras que han tenido y siguen teniendo una vida auténticamente popular. Difícil sería encontrar un español que no sepa recitar de memoria alguno de sus versos. El drama, que repite el viejo tema de Don Juan, ha adquirido una eficacia literaria inusitada en la mezcla de temas de capa y espada con los religiosos y morales. La edición que aquí se ofrece se basa en la francesa que Zorrilla dio como definitiva cotejada con el manuscrito autógrafo conservado en la Real Academia Española.
José Zorrilla fue poeta y dramaturgo español y una de las figuras más destacadas del Romanticismo. Estudió leyes en las universidades de Toledo y Valladolid, pero no lo aprovechó demasiado y acabó huyendo a Madrid, donde tras vivir en la más absoluta pobreza, consiguió cierta fama. Fue un escritor prolífico: escribió principalmente historias nacionales, pero cultivó también la lírica, las leyendas y el teatro. Vivió en París, Londres y México. De regreso a España, en 1866, pudo comprobar que, pese a la extraordinaria popularidad que había alcanzado su obra, no conseguiría solucionar sus apuros económicos. El reconocimiento le vino cuando en 1882 ingresó en la Real Academia Española; en 1884 fue nombrado cronista de Valladolid y en 1889 poeta nacional en Granada. El genio de Zorrilla como poeta de su tiempo se advierte primordialmente en sus leyendas como A buen juez, mejor testigo y en su poema épico Granada (1852). Entre sus principales y exitosas obras dramáticas figuran Don Juan Tenorio (1844) y Traidor, inconfeso y mártir (1849).
Don Juan Tenorio y Luis Mejía acuden a su cita después de un año. En este tiempo apostaron cuál de ellos sería capaz de hacer más tropelías en peleas, conquistar a mujeres, estafar a quien fuese… En la posada llevada por Buttarelli acuden también varios amigos de ambos que quieren saber quién fue el ganador en sus empresas.
Lo que el protagonista ignora es que parte de los espectadores de sus fechorías son su propio padre y el padre de Doña Inés, la que es elegida para ser su futura esposa. Por si esto fuese poco, entre bravuconadas vuelven a apostar a Doña Ana de Pantoja (la futura mujer de Don Luis Mejías) y Doña Inés.
Lo que apuestan es su propia vida y los allí asistentes apuestan por uno o por otro. Don Gonzalo, el padre de Doña Inés al escucharlo todo, ya no quiere desposar a su hija con semejante. También Don Diego, padre de Juan Tenorio, expresa públicamente el rechazo que le supone tener un hijo así.
Esto no es ningún impedimento para que, tanto Don Juan, como Don Luis sigan con sus artimañas. Don Luis para proteger a Doña Ana con la que se casará al día siguiente y Don Juan para enamorar a Doña Ana y Doña Inés. Pero todo cambiará al hablarle de la virtud de la que posee su futura esposa que siendo niña entró en un convento y no conoce ningún pecado en su alma.
Estamos ante una obra de teatro por lo que as descripciones son mínimas, acaso como debe estar decorado el escenario. Lo primero que me llamó la atención fue la lucha generacional: El padre avergonzado de su hijo que es todo un sinvergüenza. Por lo visto es igual desde que el mundo es mundo.
Creo que todos hemos visto en televisión trozos de esta obra y su imagen es la de Don Juan con Doña Inés hablándole de su amor. Pues apenas son dos escenitas… Me ha sorprendido que no tiene nada que ver lo que yo pensaba, a lo que realmente es este libro.
Se divide en dos partes, pero la segunda es cuando llevas el 70% leído. Como es normal en toda obra de teatro, se divide en cuatro actos el primero con distintos números de escenas que están ambientadas en la misma noche. El segundo libro por el contrario, son tres actos, también es distinta cantidad de escenas y contado lo acontecido tres años después.
Es curioso que su primer libro describe la noche de carnavales de Sevilla (España) y el segundo en una noche clara de verano… Había leído que describía la noche los difuntos, pues no. Tampoco vi que fuese una historia cargada de amor y mucho menos de aventuras de los personajes.
Hay unas frases de Doña Inés que me llamaron mucho atención:
No sé… El campo de mi menteSiento que cruzan perdidasmil sombras desconocidasque me inquietan vagamente;y ha tiempo al alma me dancon su agitación tortura.
¿Te suena? ¿Un hombre que ha dado rienda suelta a todas sus bajas pasiones y que al conocer un alma pura, se quiere redimir y casarse con ella? Parece que ya está todo inventado. Sin embargo, lo que encierra toda esta trama es la lucha Don Juan por su falta de fe en otra vida.
Se lee apenas en una tarde, yo tardé un poco más porque me gusta masticar los libros e ir tomando apuntes de lo que me llama la atención. Recomendado para los que les gustan los clásicos y sobre todo para los que quieren saber que hay en cada libro y no lo que le cuentan.
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