Es un libro bastante breve, que se puede leer perfectamente entre lecturas más pesadas, aunque ahora os iré contando todo lo relativo a él.
Aprovechando esta soledad (vigilada un poco por un amigo de su padre) Lara se va de excursión sin compañía alguna por Atenas; siendo uno de los lugares más frecuentados la acrópolis. En una de estos paseos, entra en una tienda de antigüedades,
la cual, misteriosamente, desaparece cuando Lara decide volver. Al salir de la tienda, tendrá en su poder un misterioso brazalete del que será incapaz de desprenderse.La verdad es que no sabía qué esperarme de este libro; las primeras páginas crearon en mí sentimientos contradictorios porque estaba, por una parte, encantadísima de leer un libro que se desarrollara en Grecia (de verdad, -ísima), puesto que su cultura me atrae enormemente, y con este libro he podido realizar un viaje guiado por algunas de las partes más significativas de Atenas.Pero, por otra parte, no me ha enganchado tanto como cabría esperar, ya que, aunque es una lectura muy ligera, no me ha hecho especial gracia la pluma de la autora; creo que en las primeras páginas habré leído unas veinte veces la palabra "aunque".Los personajes no están muy definidos, quiero decir, hay una chica que conoce a un chico y, sin saber nada sobre ellos, se embarcan juntos en una aventura donde pueden morir sin preguntarse en realidad por qué están haciendo eso; simplemente tienen que cumplir una misión. La trama se desarrolla muy rápido, sin profundizar en ninguno de los aspectos. Antes de explicarte qué está pasando ya ha pasado otra cosa -valga la redundancia-.La historia está contada a veces desde la perspectiva de Lara, aunque otras veces es Elisa la que se nos presenta, una sacerdotisa de Atenea que se comunica con la primera gracias al brazalete.Lara me parece una chica un poco inmadura para su edad; o al menos así lo veo yo desde mi punto de vista; ya que ambas tenemos más o menos la misma. ¿A quién se le ocurre, estando sola en Grecia, irse de noche a la parte antigua de la ciudad? A mí desde luego tendría que haberme dado un ataque de locura para hacerlo. Aunque quizás muchos me digáis que lo habríais hecho, ¿sería eso verdad si os encontraseis en esa situación? Pero en realidad, esa no es la peor locura. No quiero hacer spoiler, pero creedme, hay algunas muchas más gordas.
No hay duda de que he pillado este libro un poco tarde; al igual que con 11 o 12 años me volvía loca con libros que leí años después y me parecieron una auténtica catástrofe (ojo, que no digo que este libro lo sea), quizá si lo hubiera leído hace unos años me habría encantado. Con los años no me podéis negar que nos vamos volviendo mucho más exigentes y no podemos evitar buscar la perfección literaria, es más, nos empeñamos en encontrarla.Para estar mas segura, le voy a dejar el libro a una prima que tiene esa edad, y ya os diré si confirmo o no mi teoría.
Es verdad que me ha dejado con ganas de leer muchísimo más sobre Atenas, -¡eso no se lo discuto!- pero le habría pedido bastante más a este libro.