Hace unos cuantos días terminé el tercer libro de la Saga de Ender de Orson Scott Card.
Ender, el Xenocida, es el título de esta parte, probablemente la más metafísica de las que he leído hasta el momento. Si el primer libro se planteaba como una serie de situaciones de tensión en aumento que te sumergían en una atmósfera de constante suspense y el segundo libro, más pausado, planteaba una serie de misteriosas situaciones con un final inesperado, esta tercera parte nos muestra, manteniendo la atmósfera futurista, una contradicción entre el razonamiento empírico y la espiritualidad del hombre de una forma profunda y muy detallada.
Scott Card es capaz de volverte a sumergir en las idas y venidas de Ender, esta vez ya mayor, y de su hermana Valentine, allende los 100 mundos dando continuidad a la historia del planeta Lusitania comenzada en La Voz de los Muertos. Sin embargo, en esta ocasión, un terrible peligro amenaza la supervivencia de toda especie inteligente conocida. Bajo esta premisa, el escritor estadounidense teje una maraña de diálogos donde el destino, la religión, la programación genética o la muerte son los temas principales.
Sin lugar a dudas es probablemente el más íntimo y profundo de los libros de Scott Card que me he leído hasta ahora y por ello quizá resulte algo más complejo de leer, pero sin lugar a dudas sólo por la cantidad de perspectivas que es capaz de plasmar el autor en temas tan trascendentales, merece y mucho la pena disfrutar de su lectura.
Nota: 7.5/10