Fue separada del resto del territorio por una muralla. que ha sido reconstruida junto con el foso, la puerta, el puente fijo, el puente levadizo y los bastiones de San Miguel, San Antonio, del Carmen, de San Pedro y de Santa Rita.
Su fundación se inscribe en el marco de las luchas fronterizas de las coronas de España y Portugal, que procuraban extender sus territorios mas allá de los acuerdos alcanzados.
El emplazamiento fue tomado en varias ocasiones por los españoles, pasando de mano en mano hasta caer nuevamente bajo dominio lusitano y de éste al brasileño. Se pondría fin a este conflicto al proclamarse la Declaratoria de la Independencia de la que fuera en ese momento la Provincia Cisplatina, que pasaría a ser conocida como la República Oriental del Uruguay, allá por agosto de 1825.
Plano antiguo de la Ciudad
Estos sucesos hicieron de la capital coloniense un rico contraste de estilos arquitectónicos. El plano es de origen portugués, posee angostas calles de piedra,
en ángulo, cubiertas con piedras en forma de cuña, con un desagüe central, que resaltan su tradición militar, las edificaciones al estilo colonial típicamente portuguesas, que incluían casas de piedra maciza con tejados de dos a cuatro aguas, que contrastan con el estándar que prescribía la ley española sobre las Indias Occidentales, con los clásicos dameros y viviendas que preferían el uso del ladrillo y los techos de azotea. Este casco antiguo que comprende 12 hectáreas del extremo occidental de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1995 al ilustrar la fusión exitosa de los estilos portugués, español y post-colonial.