Por cierto, no sé vosotros, pero me encanta que empiecen a salir libros en este formato. Es cierto que adoro las ediciones bonitas, pero poder comprar un libro de los que suelo leer a tan solo 10€ y con una portada tan bonita no es algo que se vea todos los días. 
Ficha Técnica:Título: Hopeless. Tocando el cielo
Título original: Hopeless
Saga: Hopeless nº1
Autor: Colleen Hoover
Editorial: Debolsillo
Encuadernación: Bolsillo
Nº Páginas:400
Precio:10,95€
ISBN: 9788490326244
Orden de lectura de los libros: 1º- Hopeless. Tocando el cielo2º- Hopeless. Losing Hope
Resumen de la contraportada:
En ocasiones, descubrir la verdad resulta más doloroso que creer las mentiras.
Eso es lo que la joven Sky descubre cuando su camino se cruza con el de Dean Holder, un chico conflictivo que tiene la irritante habilidad de despertarle emociones que ni siquiera comprende. Es capaz de aterrorizarla, y al mismo tiempo cautivarla, con una simple mirada o un roce apenas perceptible. Sky comienza a darse cuenta de que Dean atesora una importante pieza de su pasado; un pasado oculto, turbulento y borroso. Pero él no es consciente de que tiene la clave para desvelar un secreto que les unirá de un modo que jamás habrían imaginado.
Opinión Personal (sin spoilers):
Ya sabemos que hay miles de factores que influyen en cada lectura, como el momento, la frecuencia con la que lees libros del mismo género, las expectativas, tu estado de ánimo y un largo etc. Por eso mismo, supongo que después de haber leído una joyita como Eleanor & Park fue muy mala idea enfrentarme a este libro. Hopeless no refleja de manera realista el primer amor. Es una de esas novelas que sabes que te van a gustar pese a estar llenas de tópicos, con escenas divertidas y otras más sensuales, protagonistas que se atraen y cuya chispa puedes ver arder alrededor de sus cuerpos. Ya sabéis que me gustan ese tipo de novelas, como las de Abbi Glines o Simone Elkeles. Las disfruto como una enana, no puedo evitarlo. Y encima esta parecía contar con ingrediente adicional, un drama escondido por alguna parte. Una combinación más que perfecta para que el libro me enamore como lo hizo, por ejemplo, Rompiendo las normas. Pero no. Nada que ver. La novela de Collen Hoover esconde mucho más que un romance enloquecedor empañado por un dramita y una portada bonita.
La historia no puede empezar de una manera más tópica. Conocemos a Sky, una chica de diecisiete años que fue adoptada con casi cinco años y que no recuerda absolutamente nada de su pasado. Vive con su madre, que odia las nuevas tecnologías y no le permite tener internet, televisión o móvil, e incluso la ha obligado a estudiar en casa durante todos esos años. Nunca ha pisado un instituto. La chica vive en la prehistoria, básicamente, algo que me sorprendió para bien porque trae consigo escenas muy divertidas (como cuando le mandan por primera vez un :D y ella no sabe lo que significa). Su casa está pegada a la de su mejor amiga Six, con la que comparte la afición de colar a chicos por la ventana para enrollarse con ellos. Pero Sky no lo hace porque sienta nada ni porque quiera acostarse con ellos, solo hace porque cuando se lía con un chico no siente nada, se queda entumecida y ese vacío la reconforta de una manera que no es capaz de explicar.
Pero la vida está a punto de cambiar para Sky. Por fin su madre ha cedido y la deja cursar el último año en el instituto, que será el primero para ella. Y eso la hace feliz y a la vez la aterroriza. Feliz porque puede conocer lo que es vivir en carne propia esa experiencia de la que su mejor amiga tanto le ha hablado. Y aterrorizada porque su amiga se marcha un semestre a estudiar al extranjero y tendrá que enfrentarse sola a la crueldad del instituto. Pero si algo cambia radicalmente la vida de Sky es la aparición de Holder, un chico tan irresistible como impredecible por el que se siente atraída al instante. Por primera vez Sky conoce a alguien que le hace sentir mariposas en el estómago y mil sensaciones que hasta ahora consideraba meras utopías.
Cita del libro:
-No se me dan bien las citas, aunque no sé si esto es una cita pero, sea lo que sea, es algo más que dos amigos que quedan para cenar, y eso me lleva a pensar en el momento en que te marches y en si has planeado besarme, y soy de las que odian las sorpresas, así que no puedo dejar de sentirme incómoda, porque yo quiero que me beses, y puede que esto te parezca una osadía, pero creo que tú también quieres besarme, de modo que he estado pensando en que sería mucho más fácil que nos besemos cuanto antes para que tú sigas cocinando y yo deje de darle vueltas a lo que va a suceder esta noche.
Respiro muy hondo porque apenas me queda aire en los pulmones.
Él ha dejado de trocear los tomates en algún momento en medio de mi diatriba, pero no sé exactamente cuándo. Me mira con la boca un poco abierta. Vuelvo a inspirar hondo y espiro muy despacio, pensando en que quizá he hecho que tenga ganas de salir corriendo por la puerta. Y, por muy triste que parezca, no se lo echaría en cara.
Holder deja el cuchillo sobre la tabla con mucha delicadeza y apoya las manos sobre la encimera, sin dejar de mirarme. Cruzo las manos sobre mi regazo y espero una respuesta. Es lo único que puedo hacer.
-Esa –empieza a decir con mordacidad- es la frase más larga y peor construida que he oído en toda mi vida.
Con esta premisa, los primeros capítulos con el instituto como telón de fondo, las carreras matutinas de Holder y Sky y las escenas en las que se van conociendo, indagando cada vez más en la vida del otro, la historia me estaba pareciendo bastante cuca. Tópica pero muy cuca y yo me lo paso de escándalo con estas historias, me sirven para desconectar, para suspirar un ratito. Pero claro, había un secreto (y de secreto tiene más bien poco porque se sabe desde el comienzo de la novela) y sabía que tendría que llegar. Pero es que no hay solo un secreto escondido detrás de esta historia, sino un compendio de secretos a cual más trágico que van sucediéndose uno tras otro. Secretos que dejan de ser secretos en cuanto se descubre el primero (ese que tampoco era secreto). Y cuando crees que la cosa no puede desfasar más, lo hace y todo se vuelve más negro, más opresivo y más dramático. No sé, pero llegó un punto de la historia en la que desconecté y no hacía más que alzar la ceja y pensar: ¿En serio? ¿Todavía hay más? ¿Cuántas páginas me quedan? Demasiadas casualidades, demasiados hechos cogidos con pinzas, demasiado drama gratuito para mi cordura. Terminé el libro con dolor de cabeza y una sensación extraña. Creo que hay maneras y maneras de llevar un drama, y más si es de esta envergadura. Con el drama principal ya se podría haber sustentado la historia por sí sola, no hacía falta añadir más y más leña al fuego hasta apagarlo todo y que no quedara ni una pizca de humo como prueba de la hoguera que hubo. No hacía falta hundir en el fango a los personajes para llegar a conmover, con dejarlos flotar en la superficie y hacer ver que se están ahogando, que son incapaces de respirar, tienes suficiente. O al menos ese es mi punto de vista. Me vi desbordada por todo lo que sucede y al final no me lo tragué, no me resultó verosímil, no me gustaron las reacciones de la protagonista ni su manera de actuar. La lógica se esfumó con tanta casualidad y no terminé de encontrarla por mucho que busqué. Además, no sé vosotros pero creo que es imposible atesorar con tanta claridad recuerdos de tus 4 años como para describir escenas como las que se describen en el libro. Y en cuanto a la relación amorosa, por una parte me ha gustado y por otra no me ha resultado demasiado creíble. Me gusta el principio, a pesar de que se atraen desde el minuto cero, y me gusta cómo se van conociendo. Pero desde que comienza a salir a la luz el pasado todo se vuelve demasiado intenso, y en parte dejé de disfrutar de la relación. Pasa de ser un libro “más”, un libro lleno de escenas típicas y divertidas, desenfadadas, a volverse todo demasiado escabroso. No pega nada el tono del principio con el tono final de la novela. Me gustaron algunas escenas entre la parejita, sobre todo en las que se ve cómo van conectando, que son muy tiernas. Pero hay otras que no me las creía y que me resultaron bastante chocantes y fuera de lugar. No sé, os digo que me cuesta procesar lo que me ha hecho sentir la novela.
Holder es el chico desesperanzado, el de las cinco caras, al que ella que no puede dejar de mirar y tocar. Es el que consigue hacerla volar y a la vez aterrizar con un golpe duro y desgarrador. Holder, con su ternura y su desesperación, con esa manera tan apasionada de enfrentarse a la vida, le robará trocitos de su corazón sin pretenderlo, solo con su apoyo y comprensión, con esa manera que tiene de protegerla, como si en cualquier momento fuera de volatilizarse y la sola idea le volviera loco de desesperación. Si tengo que quedarme con un personaje él es mi elegido. Mira que la protagonista se lleva la gran parte de la carga dramática, pero Holder es el que ha conseguido conmoverme de verdad. Y solo por eso seguramente terminaré por caer y darle una oportunidad a su libro, ya veremos.Cita del libro:
-Está matándome, Sky –añade, en un tono de voz mucho más sosegado y bajo-. Está matándome porque no quiero que pase un día más sin que sepas lo que siento por ti. Y no estoy preparado para decirte que me he enamorado de ti. Aún no. Pero esto que siento es algo más que «gustar». Es muchísimo más. Y durante las últimas semanas he estado dándole vueltas. He estado pensando en por qué no existe una palabra que lo describa. Quiero explicarte cómo me siento exactamente, pero no hay una maldita palabra en todo el diccionario que describa ese punto intermedio entre «gustar» y «amar». Pero la necesito. La necesito porque quiero que me oigas decirla.
En cuanto a Sky, protagonista principal de la novela y narradora en primera persona, es una chica que todavía no sé si me ha gustado o no. Es valiente, decidida, con fuerza de voluntad y ganas de plantarle cara a la vida. Pero no me he sentido a gusto con su voz, habría preferido la tercera persona o el punto de vista de Holder. Sus pensamientos, su actitud, su manera de enfrentar el drama, las dudas que tiene al final de la novela con cierto personaje… hicieron que no llegara a conectar con ella. Es horrible lo que le pasa pero no he sentido afinidad, no me he metido del todo en su piel y sentido su desesperación. Veía el horror de lo que estaba leyendo, pero no porque me lo haya transmitido su voz sino porque lo estaba leyendo. Me transmitían más los diálogos de Holder. No sé si me explico.
Con todo esto, no quiero decir que sea un mal libro ni mucho menos, por eso no me atrevo a puntuarlo. Habrá gente a la que le encante y otras que, como yo, se muestran más escépticas con la historia. Tengo mil sentimientos encontrados y lo único que sé es que sobraba mucho drama rebuscado y que si hubiese mantenido el nivel del principio me habría gustado más. El final es completamente cerrado así que tampoco te obliga a leer el siguiente, aunque hay cosas que se han quedado en el aire para que sea Holder, en su libro, el que te las cuente. He leído que es mejor que este, así que no sé, supongo que por ser Holder termine cayendo en la tentación, pero ahora mismo no sé si me atreveré.
Hopeless es una novela que se lee sola, con un principio tópico y desenfadado y un desarrollo y desenlace con una carga dramática que peca de excesiva y rocambolesca, y sí, también bastante previsible. Pese a todo, cuenta con un protagonista masculino que enamora y una historia de amor que hará las delicias de los más románticos. Espero que os guste más que a mí si lo leéis :)
¿Lo habéis leído? ¿Os ha pasado lo mismo que a mí?
¡Un besote a todos!
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