Si os gusta sufrir, desesperaros, tiraros de los pelos, intentar llegar a una solución antes de que os lo resuelvan todo…
Tras sufrir un accidente que casi acaba con su vida y que le ha provocado una pérdida total de la memoria, Jack Winger ingresa en una clínica de reposo para recuperarse de las graves secuelas. Allí le explicarán que era periodista de sucesos, que nadie le ha visitado en el hospital y que todos los internos padecen amnesia. Lo que nadie le contará es que todos los enfermos sufren pesadillas recurrentes, sueños terribles que se repiten cada noche. Ni que a veces el enfermero jefe se lleva a un interno al bosque pero vuelve solo, ni que existe una torre cuya entrada permanece oculta y a la que no les está permitido entrar...
Con la ayuda de Julia, una joven paciente cuya pesadilla es, si cabe, mucho más terrible que la suya, Jack descubrirá que hay lugares en los que es mejor no internarse, y que algunos secretos deberían permanecer ocultos para siempre.
¿Cómo puntúas un libro que te está gustando, que aunque estás más angustiada que un ratón en un laberinto te tiene en vilo (decir que me he metido en la cama para ir a dormir, he intentado leer un par de capítulos de buenas mañanas y al final me he zampado las casi doscientas páginas que me quedaban), para luego llegar al final y quedarte un poco… mmm… pues vale? Es de esos libros que vas leyendo pero que aún teniendo cosas que destacarías por el lado negativo, te dices a ti misma “si el final es como tiene que ser, es para hacer caso omiso de todos esos detalles que le restarían nota y ponerle notaza”. ¿Qué ha sucedido con este? Pues que el final no es tan… tan… como para no darte cuenta de los “contras” de esta lectura.
Hay algo muy interesante en esta novela, casi lo más interesante: aquello que os conté sobre la alternación de capítulos pasado-presente. Es uno de los puntos más fuertes por los que el lector se ve enganchado a esta lectura, pues cuando estás terminando un capítulo sobre el presente del protagonista estás deseando pasar al siguiente sobre su pasado, para llegar a él y volver a querer leer sobre el presente de nuevo. Y es que Jack, el prota, ahora está interno en una clínica psiquiátrica con amnesia severa y unos malos rollos de infarto, sobretodo con unas pesadillas recurrentes – ahora está con su familia intentando averiguar el significado de unas notas más que intrigantes y con unos achaques mentales realmente preocupantes.
Si aquél bastardo era el auténtico responsable,lo pagaría. Y si no lo era, habría un malnacido menos en el mundo. Eso convenció a Jack, le dio el último empujón para hacer lo que debía hacer. Después… ya nada importaba.
Esa intriga es también otro de los puntos clave del libro: que no nos enteramos de nada. No es que no lo entendamos, es que los autores no nos dejan saber nada (ni a nosotros ni al ¿pobre? protagonista). Iremos abriendo cofres, encontrando llaves, perdiendo espacios de tiempo en nuestra memoria que serán muy importantes, buscando significados a una numerología que ni el de Numbers… eso pone a uno de los nervios, pero es lo principal que hace que no dejes de leer (antes de ir a dormir tenía que saber todo sí o sí). *Decir también que hay cosas que, o soy un tanto dura de mollera (por no decir que estoy atontada), o realmente no se explican; hay cosas que no me han quedado muy claras y situaciones a las que se les da mucha importancia pero que cuando he llegado al final no he sabido el porqué de ello – pero ya digo que quizá esto sea solo cosa mía.
¿Terror? Bueno… la verdad es que algo hay, sobretodo en las escenas crudas y sombrías (y sangrientas y demás). ¿Psicológico? Sí, mucho. ¿Ci-fi? ¿Fantasía? Ya… es lo segundo lo que quizá deja el “pero”. ¿Policíaca? Pues algo encontraremos. Un thriller con toda clase de elementos, eso está claro. ¿En cuál ubicarnos? En este libro encontraremos crímenes a sangre más que helada, pesadillas recurrentes nada agradables, doctores sospechosos, demonios del pasado del presente y del futuro, pasadizos “secretos”, locos, insectos (¿¿¿???),… la verdad es que tiene de todo, de eso no nos podemos quejar.
El libro está escrito a cuatro manos, se nota que han puesto todo el empeño en él. Estos dos autores llevan juntos desde hace más de veinte libros y es innegable la compenetración que transmiten. Yo me los imaginaba en su casa, uno escribiendo sin parar y el otro diciéndole “ah!! ah!! Ahora a Jack le pasará esto, aquello y lo de allí *mirada malvada*” y el de la hoja en blanco “oh, sí! sí! Mua ja ja ja ¿y por qué no le hacemos tal y Pascual?”; ha sido un “a ver quién se lo hace pasar peor”, al protagonista y a nosotros, por supuesto. *Estos autores son capaces de pasarse medio año moldeando la idea de su novela.
De todos modos, no es que esté mal escrito o se haga muy lento (además que los autores lo tienen todo medido al dedillo), pero ha habido capítulos (sobretodo los del final) que me los he leído de diálogo en diálogo y tiro porque me toca. La narración es interesante y ese toque americanizado le da un algo, sobretodo al principio y el durante, pero llega un punto en el que acaba costando avanzar sin querer terminar ya y no solo por descubrir el misterio (cuatro días me ha durado el libro, demasiado para una novela de este tipo).
Porque llegamos al final y es donde la cosa flojea. O soy yo, quizá seguramente. Te acercas al final y lees con los ojos entornados, ya no por si entra un psiquiatra en tu cuarto, sino porque sabes que el final lo es todo. Que como os he dicho, si una novela así se cierra con algo a la altura del resto de la trama, los puntos negativos quedan más que olvidados. ¿Qué ha pasado? Que ese rollo “fantástico” no me ha cuajado nada, es más, me lo esperaba aunque no quisiera reconocerlo. Pedía mientras leía que los autores no hicieran uso de lo que se me estaba pasando por mente para terminar la novela, pero al final me decepcionaron. Una novela que, aún teniendo toques “fantásticos” durante la lectura, sobretodo en la parte de la clínica, lo asumes fácil porque es la mente de un hombre que está enfermo, pero el final da la sensación de que los autores han tirado por la “vía fácil” para terminar el libro –que ya le pega, ya… pero…-. Con todo lo retorcida, misteriosa e interesante que ha estado la lectura se necesitaba un final a la par, y aunque haya cosas que sorprendan, no convencen como es debido.
¿Buena? No lo negaré. ¿Recomendable? También. Ahora, no esperéis una novela redonda en cuanto a impresiones. He terminado el libro con un “tch” y no lo negaré: un poquitín defraudada.
Nada, yo os dejo aquí con la cifra… 27.143.616