¡Hola chicos!
La reseña de hoy es sobre el libro Las 2 vidas de Lucía, de Astrid Gallardo.La autora, madrileña de nacimiento, es licenciada en Ciencias Empresariales y Máster Executive MBA en el Instituto de Empresa, conociendo, por tanto, muy bien el ambiente que rodea a las grandes empresas, como el bufete de abogados en el que trabaja Lucía.Sin embargo, su auténtica vocación es la escritura, y ha escrito cuatro obras: Bailar, Amar,Vivir; No te olvides de mí; Las 2 vidas de Lucía y por último la más reciente, Un amor casi perfecto, que os dejo aquí el link por si queréis más información.
La portada es simple, podemos ver a Lucía sobre un fondo gris, quizás no es de esas portadas que te llamen muchísimo la atención, pero la verdad es que no sé qué otra cosa podía haber aparecido reflejada, si no es nuestra protagonista.
Lucía es una abogada de éxito, tiene un buen trabajo, un buen jefe, buenos amigos y un marido y tres hijos maravillosos. ¿Qué más le podría pedir a la vida?Todos pensarían que una mujer, si deja de trabajar voluntariamente, es para encargarse de criar a sus hijos; Lucía, sin embargo, pasa esos estresantes años compaginando trabajo y maternidad, y decide renunciar a su puesto de trabajo para pasar más tiempo con su familia, ya que pueden vivir cómodamente con el sueldo de Manuel, su marido.
Uno de los aspectos que más me ha gustado de esta novela es la referencia a la ELA (esclerosis lateral amiotrófica), que es exactamente la enfermedad que padece el gran Stephen Hawking. Esta enfermedad es una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular. Se origina cuando unas células del sistema nervioso llamadas motoneuronas disminuyen gradualmente su funcionamiento y mueren, provocando una parálisis muscular progresiva de pronóstico mortal. En la ELA, las funciones cerebrales no relacionadas con la actividad motora, esto es, la sensibilidad y la inteligencia, se mantienen inalteradas. La enfermedad afecta, especialmente, a personas de edades comprendidas entre los 40 y 70 años, más frecuentemente en varones y entre los 60 y 69 años.
Es un libro que me ha sorprendido gratamente y que, además, me ha hecho aprender nuevas cosas y abrir más los ojos ante el mundo que nos rodea. Además, a parte de las citas anteriores, me he llevado otras muy buenas, ambas pertenecientes a Paula, una chica muy joven que padece ELA, e irá convirtiéndose poco a poco en un pilar básico en la vida de Lucía, a pesar de la diferencia de edad que las separa.
"Hay mucha gente que no tiene algo tan básico como el cariño, pero ya sabemos que vivimos en un mundo de desigualdades, de ricos y pobres, de muy ricos y muy pobres y esas diferencias se agravan en enfermedades como estas que requieren tantas atenciones. Sé que no puedo cambiar mi final ni alterar mi futuro, pero sí puedo seguir viviendo con ganas"
"La felicidad está ahí, Lucía, esperándote. Solo hay que saber mirar para poder verla"
¿Lo habéis leído? ¿Os animáis? ¡Nos leemos!