No me hace sentido ver como cosas separadas el quehacer científico del humanístico. Le debo esta utópica concepción a macaracahimbas como Carl Sagan. Tampoco vacilo en afirmar que el Internet dé cuenta del maridaje que existe entre ciencia y arte. Y es que las vías de comunicación se han abierto de forma tal, que nuestras más grandes pulsiones, o fetiches, pueden encontrar justificación y validación en gestiones hechas por otros - en cualquier parte del mundo. Dicho esto, me tropecé con el trabajo de Clemens Wirth; un creative technologist de Innsbruck, Austria. El artista estudió multimedia art en la universidad de ciencias aplicadas de Salzburg. El medio utilizado es cine; y a través de su lente - una Canon 5D Mark II DSLR, adaptada para la microscopía - podemos participar de lo que pudieran ser los más eróticos sueños de - en el más inofensivo de los casos - un uber-geek o un mad scientist.
Entre las muchas e impresionantes técnicas utilizadas para hacer su arte - mundos en donde lo biológico cobra un monstruoso carácter, a pesar de no ser más grande que unos pocos micrones; y lo inorgánico manifiesta toda la poética que se encuentra contenida en sus enlaces químicos - el cineasta captura el sonido congelando micrófonos con nitrógeno líquido. El trabajo de Clemens, además de exhibir interesantes técnicas, también se nutre de la importante colaboración con Radium Audio y la vocalista Melanie Pappenheim. Los dejo con dos cortometrajes: Macro Kingdom III y su making - Frozen; un cortometraje que da cuenta del diseño de sonido para dicho corto:
Pueden conseguir el resto de los vídeos, pulse aquí (vía The Atlantic).
Mi gestión es este blog es considerablemente ingenua (naive). Si cumple con el fin de satisfacer una necesidad, la de pensar. Se espera un intercambio de ideas, a la luz de temas discutidos en las artes literarias, filosofía, actualidad, ciencias, etc.